Laos: un mejor futuro para las mujeres

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Oxfam apoya a la Gender Development Association en su esfuerzo por implicar a las mujeres en las actividades generadoras de ingresos y en la gestión de los grupos de ahorro en una de las zonas más pobres de Laos.  Mediante estas actividades se pretende mejorar la situación de mujeres y niñas en sus respectivas localidades y reforzar su confianza a la hora de expresarse en las reuniones comunitarias.

En efecto, las mujeres y niñas que viven en zonas rurales y remotas de Laos configuran uno de los colectivos más desfavorecidos del país. En términos generales son los hombres quienes representan a sus familias en las reuniones oficiales, ya que se los considera cabeza de familia. Muchas mujeres son analfabetas y no  hablan Lao, el idioma oficial del sistema de educación nacional, y las normas sociales y culturales vigentes tampoco las animan a expresarse y hacerse oír en el ámbito de lo público. Debido a la falta de confianza en sí mismas y a la escasa importancia que se le da a sus opiniones, a menudo estas mujeres ni siquiera se atreven a pedir turno para hablar y quedan, por lo tanto, excluidas de los procesos de toma de decisiones relativas al desarrollo de sus propias comunidades.

Cómo usar los recursos de una manera sustentable

Mediante la financiación de Oxfam, la Gender Development Association apoya a mujeres y hombres de estas localidades en la producción de productos elaborados con fibra de banano, bambú natural y otros productos agrícolas. Reciben formación para mejorar la calidad de sus productos y adquirir mejores habilidades de venta con el objetivo de aumentar sus ingresos.

"Cuando nos unimos al proyecto, el formador nos enseñó distintas técnicas de tejido para elaborar productos con fibra de banano. Así aprendí a hacer maletines, bolsos y mochilas", explica Leh, un aldeano.

"Con el tallo de bambú podemos hacer patas para mesas, y el centro del tallo lo usamos para fabricar otros productos. Del bambú se aprovecha todo. Tenemos una zona colectiva de tala a la que vamos con nuestros maridos. Luego, una vez en casa, cortamos las cañas, las pelamos y las hervimos. La mayor parte de las tareas las realizan las mujeres; los hombres se ocupan de hacer las perforaciones", añade Channoa, integrante de un grupo de artesanos del bambú.

"Antes vendíamos de manera tradicional. No teníamos información del funcionamiento de los mercados ni tampoco de los problemas medioambientales. Ni los aldeanos ni nosotros, pequeños comerciantes, sabíamos cómo usar los recursos de manera sostenible. La gestión del bosque que llevábamos a cabo no era adecuada para controlar la tala de los tallos de bambú y eso condujo a una reducción de las cañas naturales, pero ahora hay comités en los pueblos que se ocupan de proteger el bosque", dice Mr. Khammeung, de la asociación de comerciantes del bambú.

Los grupos de ahorro contribuyen al desarrollo de los pueblos

Gracias a la mejora de la calidad de los productos los aldeanos y aldeanas han aumentado sus ingresos y han empezado a ahorrar. "Al principio la gente de los pueblos desconfiaba de los grupos de ahorro —explica la señora Bouakhai, del comité del grupo de ahorro de un pueblo—. Ahora, sin embargo, el 100% de los habitantes son miembros ahorradores y el grupo de ahorro contribuye al desarrollo del pueblo. Reservamos el 3% de nuestros intereses para un fondo de desarrollo e invertimos en proyectos como la construcción de un centro comunitario, en carreteras o en la compra de equipos y herramientas. También contribuimos a la compra de bombillas para el centro comunitario", añade.

Las autoridades locales como la Oficina de Agricultura y Gestión Forestal del distrito lideran y acompañan estas iniciativas y ayudan a los pueblos a organizarse mejor. "El proyecto le pertenece al pueblo. La creación de grupos de productores nos ha enseñado que este tipo de organización da a los habitantes un rol mucho más central y aumenta considerablemente su potencial. Tenemos que seguir implementando actividades como éstas porque permiten trabajar directamente con las comunidades y empoderarlas", dice el portavoz de la Oficina de Agricultura y Gestión Forestal.

"La violencia de género ha disminuido"

La señora Vanna, voluntaria de uno de los pueblos, destaca que las actividades han reforzado por igual a hombres y a mujeres, y que ahora las familias tienen menos discusiones. "En relación a la violencia doméstica, sobre todo a la violencia física, hombres y mujeres han recibido formación sobre el funcionamiento de la ley y la protección de las mujeres y hemos observado que el nivel de violencia ha disminuido", añade el portavoz de la Unión de Mujeres de Laos, la organización laosiana de mayor alcance en la defensa de los derechos e intereses de las mujeres.

"En el futuro nos gustaría ampliar y aumentar el alcance del proyecto con el fin de mejorar las condiciones de vida de las familias y reforzar la posición de las mujeres en el desarrollo de sus comunidades", concluye Boutsady Khounnouvong, coordinador de programas de la Gender Development Association.

Queremos reforzar la posición de las mujeres en el desarrollo de sus comunidades
Boutsady Khounnouvong
Coordinador de programa en the Gender Development Association