La política de Danone contra el cambio climático deja un sabor amargo

Publicado: 20th Noviembre 2015

Oxfam se ha mostrado decepcionada ante la nueva política contra el cambio climático que el gigante francés de la alimentación Danone ha hecho pública de cara a las negociaciones climáticas de París. Oxfam ha señalado que esta nueva política no aborda la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ni garantiza que las familias agricultoras y las comunidades puedan prepararse y adaptarse a los efectos del cambio climático.

"Es triste ver como Danone, una de las empresas de alimentación y bebidas francesas más grandes, hace publica una política tan desalentadora justo antes de que se celebre la próxima COP en París", señala la responsable de la campaña Tras la marca de Oxfam, Monique van Zijl. "Ante un evento tan importante para la lucha contra el cambio climático, esta empresa debería estar asumiendo compromisos valientes para combatirlo, no adoptando medidas meramente simbólicas. El mundo no puede esperar 10 años a que las empresas actúen contra la crisis climática en la que ya estamos sumidos".

La nueva política de Danone incluye escasas medidas para abordar la urgente necesidad de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para, así, dejar de contribuir al cambio climático y evitar sus efectos. En sus objetivos, la empresa ni siquiera incluye compromisos específicos en el ámbito de la agricultura, la principal fuente de emisiones dentro de su cadena de suministro y que supone casi el 60% de su huella de carbono. Esta nueva política tampoco fija objetivos inmediatos para reducir sus emisiones totales. La empresa podría incluso incrementar sus niveles de emisión durante los próximos 10 años antes de llegar al 2025, su fecha tope para reducir las emisiones globales.

Las débiles políticas de la empresa contrastan con las de su principal competidor en el sector de los lácteos, General Mills, propietario de la marca Yoplait. Tras las acciones emprendidas en el marco de la campaña Tras la marca de Oxfam, General Mills fijó y se comprometió a cumplir un objetivo absoluto de reducción de emisiones basado en evidencias científicas y que afecta a toda su cadena de suministro.

La política de Danone tampoco da respuesta a las necesidades de los agricultores a pequeña escala de los que depende para proveerse de materias primas. Danone podría haber sentado un precedente en este ámbito pero, en su lugar, su nueva política apenas incide en el desarrollo de la resiliencia en su cadena de suministro. La empresa no solo no se compromete a alcanzar acuerdos justos con los agricultores que les permitan ganarse la vida de forma digna, sino que tampoco establece una estrategia para facilitar su adaptación a los cambios en los patrones meteorológicos. Por el contrario, Danone rehúye modificar las prácticas en su cadena de suministro y delega la responsabilidad de la resiliencia en los consumidores quienes, según la nueva política de la empresa, deberían cambiar su dieta y sus hábitos de compra.

"Las familias agricultoras a pequeña escala son las más perjudicadas por los efectos del cambio climático, a los que deben hacer frente con escasos ingresos. Y, sin embargo, empresas como Danone han decidido dejar que sean ellas quienes enfrenten las consecuencias de este fenómeno en lugar de invertir en fomentar su resiliencia", subraya van Zijl. "Ante la próxima cumbre de París, Danone tenía una oportunidad para demostrar un verdadero liderazgo en la lucha contra el cambio climático y, en cambio, ha decidido quedarse a la zaga".

Oxfam estima que las 10 principales empresas de alimentación y bebidas –Associated British Foods, Coca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg, Mars, Mondelez International, Nestlé, PepsiCo y Unilever– producen juntas tantas emisiones de gases de efecto invernadero que si fuesen un único país, serían el 25º país más contaminantes del mundo.

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