La hora de la verdad

Un llamamiento a la acción ante las conversaciones de paz para Siria, y más allá

La atrocidad de los ataques perpetrados con armas químicas en Damasco en agosto de 2013 desencadenó planes de intervención militar estadounidense poco acertados, una frenética actividad diplomática y, en última instancia, hizo surgir el liderazgo internacional que durante tanto tiempo había brillado por su ausencia en la crisis siria.

Con la reanudación de las tan ansiadas negociaciones de paz previstas para noviembre próximo en Ginebra, este nuevo impulso podría significar un verdadero avance para emprender acciones de forma urgente e inmediata en la ayuda humanitaria y hacer esfuerzos por poner fin al derramamiento de sangre.

Los gobiernos deben aportar una ayuda acorde con la escala de la crisis. Deben ejercer una presión concertada sobre el Gobierno de Siria, los grupos de la oposición y los países vecinos para garantizar que las personas necesitadas tengan acceso a esa ayuda. Y deben respaldar el llamamiento a una solución
política a la crisis, insistiendo en el cese inmediato de las hostilidades y acordando poner fin al suministro de armas y municiones a todas las partes en guerra.

Recomendaciones para el gobierno de Siria y la oposición

El Gobierno de Siria y todos los grupos de la oposición deben:

  • comprometerse al cese inmediato de las hostilidades;
  • participar de buena fe en un proceso político liderado por los sirios y sirias y con la mediación de la comunidad internacional, basado en el Comunicado de Ginebra y el plan de seis puntos;
  • cesar inmediatamente las infracciones de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario;
  • permitir que a las personas reciban la ayuda humanitaria que necesitan. 

Recomendaciones para la comunidad internacional

La comunidad internacional -y en especial Rusia y EEUU, otros miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, los países vecinos, Irán, y los estados del Golfo– debe respaldar de forma unánime una solución política a la crisis, mediante:

  • El llamamiento a un cese inmediato de la violencia, y la condena inequívoca de las violaciones de derechos humanos y el derecho internacional humanitario
  • Garantizar que existe una rendición de cuentas plena por crímenes de guerra y otras violaciones graves de los derechos humanos para evitar la impunidad y prevenir violaciones futuras
  • Poner fin a todas las actuaciones militares planificadas y en curso en Siria y retirar todas las fuerzas extranjeras
  • Impulsar la colaboración y proporcionar recursos y respaldo político para garantizar que las conversaciones de paz se celebran a mediados de noviembre, según lo anunciado
  • Reiterar de forma inequívoca su respaldo público al Comunicado de Ginebra como base de las conversaciones de paz, y rechazar cualquier otro requisito internacional previo, incluido sobre quiénes deben asistir y la agenda de la conferencia
  • Garantizar que los procesos de paz son liderados por los sirios y sirias con mediación internacional, que se escuchan las voces de representantes de la sociedad civil de todas las comunidades, y que la participación es justa y efectiva tanto de mujeres como de hombres sirios.

Recomendaciones sobre el suministro de armas y munición

Independientemente de si el Consejo de Seguridad de la ONU cumple con su obligación de imponer un embargo de armas, todos los gobiernos, incluidos los miembros del Consejo de Seguridad y todas las potencias de la región, deben contribuir a dar prioridad a las soluciones no militares a la crisis, garantizando que se pone fin al suministro de armas y municiones a todas las partes, mediante:

  • El compromiso público de poner fin a cualquier transferencia de armas y municiones ya planificada al Gobierno de Siria o a las fuerzas de la oposición, así como no facilitar que se lleven a cabo transferencias de este tipo ni permitir su tránsito por sus respectivos territorios
  • Ejercer la máxima presión política sobre aquellos que sigan suministrando armas para que dejen de hacerlo de forma inmediata, mediante la suspensión de todos los programas de cooperación militar y de defensa con países que suministren armas a las partes en guerra.

Recomendaciones a los donantes internacionales

La comunidad donante internacional debe garantizar que la respuesta humanitaria está a la altura de las necesidades humanitarias y de la escala de la crisis, que es de la calidad adecuada, y que llega hasta las personas más necesitadas, mediante:

  • La dotación plena de los llamamientos humanitarios de la ONU, que incluye velar por que cada país donante aporte al menos la “cuota justa” que le corresponde de la ayuda total en base a su producto interior bruto (PIB)
  • Ejercer presión sobre todas las partes para que respeten, protejan y cumplan el derecho a la vida: facilitando el acceso a la ayuda, e instando a todas las partes en conflicto a que faciliten el acceso seguro, libre y efectivo de agencias humanitarias imparciales a todas las zonas de Siria
  • Proporcionar el apoyo necesario para garantizar que los países limítrofes mantengan abiertas las fronteras a los refugiados que huyen del conflicto, y acepten la reubicación de refugiados en terceros países
  • Ampliar el apoyo a largo plazo a los países limítrofes con Siria, a través de instituciones financieras internacionales y de manera bilateral.