Formar a formadores en Iraq: aplicar un enfoque centrado en las personas

Oxfam's Public Health Promotion team in Iraq

El equipo de Promoción de la Salud Pública recorre las calles de Hay Al-Tanak, un barrio vulnerable del oeste de Mosul. El equipo distribuye inodoros adaptados y pañales para personas adultas discapacitadas que no pueden utilizarlos el baño (esta imagen no está relacionada con nuestra labor de prevención y salvaguardia)Fotografía: Tegid Cartwright/Oxfam

"Hay cierto grado de flexibilidad que me permite tomar mis propias decisiones. Es justo lo que necesito para proteger a las personas vulnerables, ¡y mejorar es lo que más me gusta!".

Safa Hassan
Safeguarding Focal Point

Safa Hassan, oficial de Protección, trabaja en Salahaldin. Se unió a Oxfam en 2018 para ser la primera punto focal de Prevención y Salvaguardia en Iraq.

Su formación, de la mano del Equipo de Prevención y Salvaguardia que trabaja desde Amman, fue intensa: una experiencia reveladora que compartió con compañeras y compañeros de otras oficinas de Oxfam en la región de Oriente Próximo y Norte de África. Safa valoró enormemente el intercambio de conocimientos con responsables de Prevención y Salvaguardia de otros países.

"Me gusta trabajar en Oxfam porque quieren que te responsabilices de tu trabajo. Hay cierto grado de flexibilidad que me permite tomar mis propias decisiones. Es justo lo que necesito para mejorar mi trabajo para proteger a las personas vulnerables, ¡y mejorar es lo que más me gusta!".

"Tu palabra también cuenta"

En 2019, Oxfam Gran Bretaña, en colaboración con el equipo de Oxfam en Iraq y de la plataforma regional de Oxfam en la región de Oriente Próximo y Norte de África, llevó a cabo un estudio en Iraq, Ghana y Myanmar utilizando un enfoque centrado en las personas para analizar y comprender las principales barreras y preferencias que influyen en las comunidades de cara a la denuncia de casos de explotación y abusos sexuales y fraude.

El objetivo era comprender estas preferencias para incorporarlas al diseño de los mecanismos de denuncia que deben estar adaptados al contexto y estar liderados por la comunidad. El objetivo último y más amplio del estudio era velar por proporcionar mecanismos seguros y confidenciales, así como por el fortalecimiento de nuestra rendición de cuentas ante las personas afectadas.

Contexto local

El estudio se llevó a cabo en las comunidades de Tikrit y Baiji, en Salahaldin, y Mosul, en Nineveh. Los equipos de investigación realizaron entrevistas en diversas ubicaciones (campamentos, ciudades y pueblos). Todas ellas habían estado bajo el control del grupo terrorista Estado Islámico en los últimos años y se habían visto significativamente afectadas a nivel físico y social por la inestabilidad política y el conflicto armado que afecta a Iraq desde 2003.

Tikrit es la capital de la provincia de Salahaldin y donde nació y fue capturado Saddam Hussein en 2003. El Estado Islámico tomó el control de Baiji y del campo de petróleo adyacente en junio de 2014. Actualmente, la zona está bajo control de las fuerzas de seguridad iraquíes, la Policía y las unidades de movilización popular. Mosul, bajo el control del Estado Islámico entre 2014 y 2017, está rodeada de campamentos construidos originalmente por la comunidad internacional para dar apoyo a las familias desplazadas. Sin embargo, ahora acoge a familias aparentemente afiliadas a grupos extremistas. A muchas de estas comunidades se les ha dicho que no serían bienvenidas si regresaran a sus hogares.

Principales desafíos en materia de prevención y salvaguardia

El estudio reveló numerosos desafíos en materia de prevención y salvaguardia en Iraq ligados a factores de personal, estructurales y de interacción. Por ejemplo, el estudio concluyó que hay una falta generalizada de conocimiento en torno a los mecanismos de denuncia, así como la percepción de que la actuación de una organización está ligada a su capacidad para gestionar otro tipo de quejas, por ejemplo, cuando algo debe resolverse. Es decir, si una organización gestiona un problema de forma rápida y eficiente, es probable que esto sea motivo para confiar en su capacidad para gestionar quejas sobre conductas ilícitas.

En general, existe falta de confianza hacia los mecanismos para denunciar explotación y abusos sexuales ajenos a la comunidad. Como un mukhtar (líder masculino de una comunidad) relató a las personas investigadoras: “Debería ser la comunidad tribal y no la ONG internacional quien gestionara los casos de explotación y abusos sexuales porque las comunidades son de naturaleza ‘cerrada’ y estos problemas deben permanecer confidenciales.”

La denuncia de casos de explotación y abusos sexuales está muy ligada a la vergüenza y el miedo. Por ejemplo, las personas participantes en el estudio explicaron a las personas investigadoras cómo la denuncia de explotación y abusos sexuales podría tener un efecto negativo en las personas supervivientes si sus familias o su comunidad descubrieran lo ocurrido. Algunas personas explicaron que la familia de una persona superviviente podría percibir lo ocurrido como algo que avergüenza y afecta a la reputación familiar y acarrear importantes repercusiones para la persona superviviente, que incluso podría sufrir daños físicos. Por lo tanto, se percibe que el proceso de denuncia puede resultar en ocasiones peligroso y, por tanto, es necesario que sea seguro y confidencial.

El estudio, diseñado con un enfoque centrado en las personas, recoge testimonios como el de una mujer de una comunidad que afirmó a una de las investigadoras que: "Los problemas de explotación y abusos sexuales se resuelven en la tribu, siguiendo nuestra cultura comunitaria, y no con la policía. Las mujeres carecen de libertad y debemos mantener la confidencialidad".

Entender las dificultades a las que se enfrentan algunas de las participantes a la hora de denunciar cuestiones relacionadas con la explotación y los abusos sexuales en Iraq nos ayuda a trabajar para poder superar estas barreras. Oxfam en Iraq trabaja en distintas zonas para contribuir a deconstruir las normas de género nocivas y fortalecer la capacidad de acción de mujeres y niñas para denunciar conductas perjudiciales. Para ello, debemos ser capaces de abordar la denuncia de casos de explotación y abusos sexuales de forma holística, como parte de un cambio más amplio.

El equipo de Protección de Oxfam gestiona el punto de información del centro de tránsito de Hamam Alil, el punto de llegada a Mosul. El equipo proporciona a las familias información sobre dónde y cómo acceder a los diversos servicios disponibles y les remite a otras ONG que también trabajan en el centro (esta imagen no está relacionada con nuestra labor de prevención y salvaguardia)Fotografía: Amy Christian/Oxfam

Ambas declaraciones subrayan, de maneras muy distintas, la importancia de contar con mecanismos de prevención y salvaguardia que se perciban como "locales" en Iraq, al mismo tiempo que proporcionen seguridad y confidencialidad a las personas supervivientes. Tras el estudio, Oxfam Gran Bretaña publicó un metaanálisis que subraya los vínculos entre la aceptación de la violencia de género y la explotación, el acoso y los abusos sexuales.

El informe evidencia la necesidad de explorar la forma en que las normas sociales relacionadas con la denuncia y la aceptación de la violencia de género influyen en las normas sociales relativas a la aceptación y denuncia de casos de explotación, acoso y abusos sexuales. El informe recomienda que este estudio se lleve a cabo desde la noción de que, en general, combinando prácticas de prevención y salvaguardia con programas transformadores en materia de género, entenderemos que los abusos sexuales no se dan en un entorno aséptico y que requieren de soluciones holísticas y exhaustivas que sitúen en el centro a las mujeres y las niñas (como principales supervivientes de la explotación, el acoso y los abusos sexuales).

Acogida positiva de la formación

En 2020, Oxfam prestó apoyo a 28 organizaciones locales de Iraq para desarrollar sus propios códigos de conducta y políticas de prevención y salvaguardia, protección y violencia de género. Las organizaciones socias, en su mayoría organizaciones humanitarias que trabajan con comunidades de personas desplazadas internamente y retornadas, se mostraron muy satisfechas con la formación proporcionada. En especial, destacaron el énfasis de Oxfam en el empoderamiento del personal y el fortalecimiento de sus capacidades, en lugar de tratarse de un formato más típico de las ONG internacionales basado en poner en marcha una serie de programas para su ejecución sin proporcionar oportunidades de desarrollo.

La descripción de Safa de su reciente visita a una organización socia comunitaria que ha desarrollado con éxito su propio programa de prevención y salvaguardia (incluyendo mecanismos de denuncia) confirma la positiva acogida del trabajo de prevención y salvaguardia a largo plazo de Oxfam en Iraq. Safa afirmaba:

"Ya contaban con un código de conducta, pero no estaba vinculado a cómo influye en sus actividades. Les gustaba el planteamiento de Oxfam porque les ayudaba a encontrar su propia estrategia y desarrollar las habilidades que precisaban para implementarlo como, por ejemplo, una página web, una centralita, mecanismos de denuncia interna, una estrategia para redes sociales, etc.”.

Ahora que ya cuenta con políticas específicas, esta organización socia está recibiendo apoyo para redactar una estrategia a cinco años para fortalecer sus mecanismos de rendición de cuentas y sostenibilidad. Según Safa, "es un hecho que las ONG locales consiguen financiación más fácilmente si cuentan con las políticas adecuadas".

Formar comités de protección en comunidades de personas desplazadas internamente

Actualmente, Safa coordina y proporciona formación a comités de protección formados por personas voluntarias (tanto desplazadas internamente como retornadas) en comunidades con las que Oxfam trabaja. Estas personas se vieron afectadas por la entrada en acción del Estado islámico de 2014, a la que Oxfam respondió inicialmente con programas para la provisión de agua, saneamiento e higiene (WASH) y refugio, que en 2020 se ampliaron con actividades de higiene y saneamiento con motivo de la pandemia de COVID-19. El confinamiento de dos meses en Iraq no solo afectó a su trabajo, sino que tuvo efectos devastadores en los medios de vida de las personas desplazadas internamente, principalmente por apenas tener acceso a instalaciones médicas o sanitarias.

A pesar de la COVID-19, se realizaron cinco talleres formativos en colaboración con el Comité Internacional de Rescate y el Justice Center. Las organizaciones trabajaron en consorcio para formar organizaciones socias que gestionan casos legales relativos a detenciones, explotación sexual y violencia de género. En línea con los hallazgos del estudio de Oxfam Gran Bretaña de 2019, depender de mecanismos informales es uno de los principales problemas que afectan a este trabajo de formación.

No obstante, el Equipo de Prevención y Salvaguardia de Oxfam en Iraq continuará prestando apoyo a las organizaciones socias en sus batallas legales, llevando a cabo evaluaciones de riesgo de cada caso denunciado y difundiendo conocimientos sobre derechos humanos. Como Safa afirma: " Todo empieza en nuestros propios equipos. Es obligatorio para cada nuevo miembro del personal conocer nuestro protocolo de prevención y salvaguardia y el código de conducta".