Implicarse con la población civil

El próximo reto para el mantenimiento de la paz

La población civil sigue sufriendo las consecuencias de las hostilidades en los países asolados por conflictos armados, y tanto los gobiernos como las operaciones internacionales de mantenimiento de la paz suelen fracasar en la prevención de estas atrocidades. Los esfuerzos que realizan las misiones de paz en regiones afectadas por conflictos, tales como la República Democrática del Congo y el sur de Sudán, demuestran que es posible hacer más, incluso con las limitaciones existentes. Pero es necesario avanzar. Aunque nada puede sustituir a la voluntad política, las misiones de mantenimiento de la paz pueden salvar vidas si involucran de forma más eficaz a las comunidades y a la población civil que están tratando de proteger.

Recomendaciones para mejorar la protección de la población civil a cargo del personal de las fuerzas de paz

Para brindar una protección eficaz sobre el terreno es necesario mantener un diálogo constante entre las iniciativas que se desarrollan en el terreno, así como su evaluación, desarrollo e institucionalización desde los niveles superiores.

  • Las misiones de mantenimiento de la paz deben implicar a las comunidades y población civil desde las fases más tempranas de preparación para su despliegue, y a lo largo de toda la vida de la misión.
  • Las misiones deben asegurar que sus diferentes partes (civil, militar y política) trabajan juntas con eficacia. A nivel de terreno, debe haber personal civil con autoridad suficiente como para que sus aportaciones y recomendaciones sean tenidos en cuenta.
  • Las misiones necesitan desarrollar estrategias de comunicación pública para asegurar que las comunidades son conscientes del papel, actividades y limitaciones de la misión.
  • El Consejo de Seguridad de la ONU debe solicitar una evaluación precisa de los logros, basada en indicadores medibles. La percepción que las comunidades tienen de su propia seguridad es una forma clave de medir la eficacia de las estrategias de protección y debe incorporarse a dichas evaluaciones.
  • El Consejo de Seguridad debe estar preparado para brindar un firme apoyo político que permita a las misiones acceder a los grupos y comunidades vulnerables y cumplir con su mandato de protección de civiles.
  • Los estados miembros de la ONU deben asignar recursos humanos y técnicos adecuados para apoyar las medidas de protección de la población civil.
  • El Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz (DOMP) de la ONU debe asegurar el reclutamiento adecuado (sobre todo de mujeres) así como el entrenamiento y despliegue de civiles en el terreno.
  • Las misiones deben asegurar que las herramientas e iniciativas desarrolladas y/o implementadas en el terreno tienen objetivos claros e incorporan mecanismos de medición de impacto, entre ellos la consulta a la comunidad. Éstos deben ser evaluados con el fin de adaptarlos adecuadamente a otros contextos relevantes.
  • El DOMP necesita institucionalizar y sistematizar las mejores prácticas, así como asegurar los recursos necesarios para darles continuidad.