El valor real de la financiación climática es un tercio de la cantidad que declaran los países desarrollados, afirma Oxfam

Publicado: 19th Octubre 2022

La contabilización de la financiación climática internacional está sesgada y es profundamente injusta.

La mayoría de los países ricos aplica prácticas de contabilidad de carácter engañoso y deshonesto para exagerar la financiación climática que aportan a los países en desarrollo. Según una investigación realizada por Oxfam, esta cifra podría haberse sobreestimado hasta un 225 % en 2020.

Oxfam estima que el "valor real" de la financiación climática proporcionada en 2020 se sitúa aproximadamente entre los 21 000 y los 24 500 millones de dólares, frente a la cifra de 68 300 millones de dólares que los países ricos han declarado aportar en concepto de financiación pública (que, junto a la financiación privada movilizada, sitúa el total en 83 300 millones de dólares). El objetivo de financiación climática mundial está fijado en 100 000 millones de dólares anuales.

"Las contribuciones de los países ricos no solo siguen estando muy por debajo del objetivo contraído, sino que son engañosas al contabilizar la financiación climática de una manera que no es correcta ni adecuada. Estos países están sobreestimando su propia generosidad y pintando un panorama demasiado halagüeño, mientras ocultan la cifra que realmente se destina a los países pobres", afirma Nafkote Dabi, responsable de políticas sobre cambio climático de Oxfam Internacional.

"El mecanismo actual de la financiación climática mundial es como un tren averiado que corre el riesgo de llevarnos a un destino de proporciones catastróficas. El exceso de préstamos está endeudando a los países pobres, que ya tienen problemas para abordar los impactos del cambio climático. Se está declarando demasiada financiación de manera dudosa y deshonesta. Como resultado, los países más vulnerables continúan sin estar preparados para enfrentarse a los violencia de la crisis climática", afirma Dabi.

La investigación de Oxfam ha revelado que instrumentos como los préstamos se declaran según su valor nominal, ignorando el reembolso de la financiación, entre otros factores. Con demasiada frecuencia, los proyectos financiados presentan un menor enfoque climático que el declarado, por lo que el valor neto del apoyo que se destina específicamente a la acción climática probablemente sea mucho más bajo del que sugieren las cifras de financiación climática declaradas.

En la actualidad, los préstamos dominan más del 70 % de la provisión de financiación climática pública (48 600 millones de dólares), alimentando la crisis de la deuda a la que se enfrentan los países en desarrollo.

"Obligar a los países pobres a devolver préstamos para poder hacer frente a la crisis climática a la que apenas han contribuido es algo profundamente injusto. En lugar de prestar apoyo a los países que se enfrentan a sequías, ciclones e inundaciones que continúan agravándose, los países ricos están minando su capacidad para hacer frente a futuros impactos, además de profundizar sus niveles de pobreza", añade Dabi.

El pago de la deuda externa de los países menos desarrollados ascendió a 31 000 millones de dólares en 2020.

Por ejemplo, Senegal, que figura en el tercio inferior de los países más vulnerables del mundo frente al cambio climático, recibió el 85 % de su financiación climática en forma de deuda (siendo el 29 % en concepto de préstamos no concesionales), a pesar de presentar un riesgo moderado de caer en una crisis de endeudamiento, y del hecho de que su deuda representa un 62,4 % de su ingreso nacional bruto.

"Si los países desarrollados cumplieran con su compromiso de movilizar 100 000 millones de dólares al año y abordaran verdaderamente sus errores de contabilización de la financiación climática, sería posible evitar una catástrofe climática a gran escala. Manipulando el sistema solo conseguirán que sean los países pobres, que son quienes menos han contribuido a la crisis climática, los que acaben pagando.

"Un sistema de financiación climática que se basa principalmente en préstamos no hace sino agravar el problema. Los países ricos, especialmente aquellos que más contaminan, tienen la responsabilidad moral de ofrecer formas alternativas de financiación climática, sobre todo subvenciones, con el fin de ayudar a los países impactados a salir adelante y seguir desarrollándose con un bajo nivel de emisiones de carbono", concluye Dabi.

"En las próximas negociaciones sobre el cambio climático de la COP27 que se celebrará en noviembre, los países ricos deben comprometerse urgentemente a incrementar la financiación destinada a los países vulnerables para la adaptación al cambio climático a través de subvenciones, así como a mejorar sus prácticas defectuosas de presentación de informes".
 

Notas para editores

  • Aquí pueden descargarse el informe de 2022 Una financiación climática con trampa: El valor real del compromiso de alcanzar los 100 000 millones de dólares en 2019-20.
  • En 2020, la financiación climática declarada ascendió a 83 300 millones de dólares e incluía la financiación pública (68 300 millones de dólares), la financiación privada movilizada (13 100 millones de dólares) y créditos a la exportación (1900 millones de dólares). Oxfam ha evaluado el valor de la financiación proporcionada, es decir, el elemento de financiación pública. OCDE (2022), Climate Finance Provided and Mobilised by Developed Countries in 2016-2020: Insights from Disaggregated Analysis, Climate Finance and the USD 100 Billion Goal, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/286dae5d-en
  • La sobreestimación de los préstamos está incentivando su uso, por lo que predominan en la provisión de financiación climática. Según la evaluación más reciente de la OCDE, los préstamos representaron el 71 % de la financiación climática pública en 2019-20 (de los que un importante porcentaje eran no concesionales), mientras que únicamente el 26 % de la financiación se proporcionó en forma de subvenciones.[i]  [i] OCDE (2022a), Climate Finance Provided and Mobilised by Developed Countries in 2016-2020: Insights from Disaggregated Analysis, Climate Finance and the USD 100 Billion Goal, OECD Publishing, Paris.
  • La cifra calcuada por Oxfam de 21 000-24 500 millones de dólares incluye el equivalente de subvención estimado de la financiación climática declarada, en vez del valor nominal de los préstamos y otros instrumentos no basados en subvenciones. Asimismo considera también la sobreestimación de la financiación climática en la que la lucha contra el cambio climático es tan solo un elemento dentro de un proyecto de desarrollo más amplio. Para más información, véase la nota metodológica de Oxfam
  • Las cifras sobre los instrumentos de deuda de Senegal se basan en informes de financiación climática de 2013-2018, según el informe de Oxfam de 2022Climate Finance in West Africa. Véase también OCDE. (2021). Climate Change: OECD DAC External Development Finance Statistics – Recipient Perspective. Consultado el 10 de agosto de 2022.
  • Senegal ocupa el puesto 134 de 182, por lo que se sitúa en el tercio inferior de los países más vulnerables según el Índice ND-GAIN.

Información de contacto

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Nesrine Aly, en Egipto nesrine.aly@oxfam.org | +447503989838/+201222486964
Florence Ogola, en Nairobi florence.ogola@oxfam.org | +254 733770522/+254715115042

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