Cerca de 100 personas de 16 hogares distintos viven gracias a los ingresos que obtienen de la agricultura y la ganadería en Kobuan, un asentamiento en la costa de Bougainville (Papúa Nueva Guinea). Desde Oxfam trabajamos con la comunidad para ayudarles a tener acceso a agua limpia y segura y saneamiento.
Una improvisada y oxidada tubería lleva hasta el pueblo apenas un hilo de agua desde la fuente de agua más cercana, un manantial natural. El tiempo y los elementos han erosionado esta tubería que suministra agua, casi siempre sucia e imposible de beber, a varias familias. A menudo el agua provoca enfermedades.
Para obtener agua limpia, las mujeres deben caminar durante una hora por terrenos escarpados hasta el manantial de agua. Deben recorrer este pesado camino varias veces al día, por lo que tienen menos tiempo que dedicar a la educación de sus hijos o al cuidado de sus huertos y animales, su principal fuente de ingresos.
Muchas de ellas transportan hasta 20 litros de agua en un solo viaje, lo que hace esta tarea aún más ardua en la temporada de lluvias, en la que los caminos se convierten en auténticos lodazales.
El suministro de agua es escaso y no siempre hay suficiente para poder lavar y limpiar. La ropa, las sábanas e incluso los alimentos en raras ocasiones se lavan, lo que perjudica aún más la salud de las familias. Y no es solo la falta de agua lo que pone en peligro la salud de estas personas: tan solo dos de los 16 hogares tienen letrinas. Por norma general, las personas hacen sus necesidades al aire libre.
En este ambiente húmedo, en el que las personas apenas se lavan las manos, los alimentos se preparan con agua sucia y no hay agua suficiente para limpiar, las bacterias se multiplican.
Juntos, trabajamos mejor
El personal especialista en suministro de agua de Oxfam trabaja con los líderes y miembros de esta comunidad para instalar un sistema de abastecimiento de agua por gravedad que permite que el agua fluya directamente desde el manantial hasta el pueblo durante todo el año.
Una solución sencilla para obtener un suministro de agua constante y que exime a las mujeres de tener que caminar durante horas para obtener agua y les permite dedicar más tiempo a sus familias y al cuidado de los huertos y el ganado.
Además, Oxfam ha construido letrinas en puntos del pueblo elegidos cuidadosamente, lejos de las cocinas y de donde los niños y las niñas juegan. También llevamos a cabo iniciativas formativas en materia de salud e higiene para animar a las personas a adoptar nuevas prácticas como lavarse las manos o utilizar las letrinas. También mostramos a la comunidad cómo limpiarlas, gestionarlas y mantenerlas.
Cambios a mejor
Sabemos por nuestra propia experiencia que estos cambios mejorarán significativamente la calidad de vida de estas personas. Las mujeres no tendrán que emplear tanto tiempo en obtener agua fresca, limpia y segura, que ya fluye hasta donde más se necesita.
Las letrinas, acondicionadas y situadas estratégicamente, combinadas con mejores prácticas de higiene –como el lavado de manos– harán que el contagio de enfermedades que se transmiten por el agua disminuya. En lugar de padecer constantemente enfermedades, los miembros de la comunidad gozarán de una mejor salud y podrán trabajar y estudiar.
Muchos de ellos como Alberta Karato, una madre de Kobuan, están entusiasmados por los cambios que Oxfam ha posibilitado. Alberta afirma: "Me preocupa que la tubería oxidada contamine el agua. Además, este proyecto reducirá la carga de trabajo de las madres, que no tendremos que ir a por agua y podremos dedicarnos a otras tareas".