Un lugar en la mesa: Defender los derechos de la mujer en Afganistán

Diez años después del comienzo de la intervención occidental en Afganistán, las mujeres afganas se enfrentan a un futuro incierto. Las mujeres han luchado y han logrado avances importantes desde la caída del régimen talibán en 2001, incluso en lo relativo a la participación política y el acceso a la educación, pero estos logros son frágiles y se pueden revertir.

La precaria situación de la mujer se sitúa en un contexto de crecimiento de la inseguridad en Afganistán. Los Gobiernos de Afganistán y de Estados Unidos están intentando entablar conversaciones en paralelo con los talibanes para llegar a una solución política del conflicto antes de que las fuerzas militares internacionales se retiren a finales de 2014.

El asesinato en septiembre de 2011 del mayor agente de paz del Gobierno, el ex presidente afgano Burhanuddin Rabbani, pone de relieve cuán difícil será alcanzar la paz y la reconciliación en Afganistán. Es necesario lograr un acuerdo político que acabe con los enfrentamien-tos y así alcanzar una paz sostenible y duradera que pueda proporcionar una vida mejor para todos los afganos y afganas.

Los líderes occidentales tienen una responsabilidad para con las mujeres afganas, entre otras cosas porque la protección de los derechos de la mujer se vendió como un resultado positivo de la intervención internacional en octubre de 2001.Ahora, diez años después, el tiempo para cumplir estas promesas se está agotando. En el décimo aniversario de la intervención, hacemos un llamamiento a los líderes mundiales para que no sacrifiquen los logros que tanto les ha costado alcanzar a las mujeres afganas.

Recomendaciones clave

  • El Gobierno afgano y la comunidad internacional deben garantizar que los derechos de la mujer no se sacrificarán mediante un compromiso público en el que especifiquen que cualquier acuerdo político deberá garantizar de forma explícita los derechos de la mujer;
  • El Gobierno afgano aumentar sus esfuerzos para que la representación de las mu-jeres en los órganos electos y en las instituciones guberna-mentales en todos los niveles se incremente hasta un 30 por ciento;
  • El Gobierno afgano mejorar la concienciación acerca del derechos de la mujer y del derecho de los derechos humanos en el ámbito de la justicia y de la seguridad ,y garantizar la aplicación efectiva de esas leyes;
  • La comunidad internacional apoyar los programas ampliados de educación cívica para aumentar la concienciación sobre los derechos de la mujer a nivel comunitario;
  • La comunidad internacional intensificar el apoyo para fomentar el acceso a la educación y a otros servicios fundamentales y garantizar que este apoyo seguirá al nivel actual o a un mayor nivel incluso cuando las fuerzas militares internacionales se preparen para retirarse.
  • La ONU debe seguir supervisando todas las acciones del Gobierno, incluidos los procesos de paz, y proporcionar un mayor apoyo al Gobierno afgano en cualquier proceso de negociación, reconciliación y reintegración.