Golpeadas por ciclones y arrasadas por sequías extremas, las comunidades pobres del Cuerno de África y Mozambique se encuentran en la primera línea de combate de una crisis climática de la que apenas son responsables.
Reducir el impacto que tienen los desastres en las vidas de las personas en situación de pobreza resulta absolutamente imprescindible. La financiación de los riesgos climáticos y de desastres podría desempeñar una función útil si forma parte de un enfoque que integre la reducción de riesgos y si cuenta con la participación efectiva de la sociedad civil.
Un informe de Oxfam advierte del alarmante aumento de los costes de adaptación al cambio climático si se produce un calentamiento global de 3ºC, en lugar de limitarlo a 2°C.
La financiación para luchar contra el cambio climático es fundamental para lograr un acuerdo mundial sobre el clima que sea justo y eficaz. Muy pocos países han cumplido con sus obligaciones.