En demasiados países, recibir una buena educación o una atención médica de calidad es un lujo que solo las personas ricas pueden permitirse. Profesores y trabajadores de la salud pública como Nellie y Dorra dedican su vida a mejorar los servicios públicos para que las personas más pobres puedan beneficiarse de ellos. Desde sus trabajos, ellas luchan contra la desigualdad cada día.