Lecciones de la ola invernal en Colombia
El fenómeno de La Niña 2010-11 perturbó las temporadas de lluvias en Colombia y produjo lo que el presidente Santos calificó como “el invierno más fuerte en los últimos 60 años.” Su impacto fue devastador para las comunidades más pobres, poniendo en riesgo los derechos de más de tres millones de personas.
Pero la emergencia declarada no fue resultado de lluvias e inundaciones, que no son inéditas en Colombia: el hecho de que hasta el 75 por ciento de las personas afectadas en La Mojana había sufrido otro desastre en años anteriores demuestra que el desastre fue más humano que natural.
Pero consultas realizadas por Oxfam con la gente afectada y con representantes de las principales agencias humanitarias demuestran que la respuesta no fue del todo satisfactoria. La emergencia refleja una vulnerabilidad crónica y estructural que padecen millones de colombianos y, al igual que la respuesta humanitaria inadecuada, es producto de la falta de inversión estatal y prioridad política para fortalecer la institucionalidad del Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres.
Es hora de revertir esa tendencia y de convertir una política integral de gestión del riesgo en una prioridad nacional. Sin medidas contundentes que reduzcan los riesgos y promuevan la adaptación al cambio climático no sólo están en juego las vidas de millones de las personas más vulnerables del país, sino también las metas de desarrollo económico que afectará al país en su conjunto.
Con este informe Oxfam busca ayudar a aprovechar una coyuntura histórica a través de cambios duraderos que pueden ayudar a evitar emergencias humanitarias a futuro. Es posible que Colombia cambie de rumbo, pero las acciones del Gobierno en los próximos seis meses serán determinantes. ¿Se convertirá la próxima temporada de lluvias en otro desastre? Ofrecemos las siguientes recomendaciones en un espíritu constructivo como insumos para el debate público que hará de lo posible una realidad.
Recomendaciones
- El Estado colombiano debe fortalecer el poder político y operacional del Sistema Nacional para Prevención y Atención de Desastres (SNPAD) e invertir de manera sostenida en las capacidades del Sistema; consolidar una política nacional de gestión del riesgo comprensiva, duradera y eficaz; convertir el Fondo creado para la reconstrucción en un Fondo Nacional de Adaptación y Gestión del Riesgo.
- La comunidad humanitaria internacional debe ajustar su modelo de respuesta en países de ingresos medios como Colombia para dar mayor peso durante las etapas iniciales de una emergencia a un apoyo rápido y acompañamiento efectivo a las funciones de coordinación del sistema de atención a desastres a todo nivel.
- La sociedad civil colombiana y los medios de comunicación, deben informar a la sociedad colombiana sobre la gravedad y los orígenes del desastre y las alternativas posibles para el país; velar para una buena ejecución de recursos; exigir y hacer valer la participación social en las instancias de coordinación y toma de decisiones, e; incrementar su participación en la elaboración e implementación de una política y estrategia nacional de adaptación, incluyendo especialmente una participación directa y activa en el establecimiento y direccionamiento de un nuevo Fondo Nacional de Adaptación y Gestión del Riesgo.