La violencia de género es una pandemia global que afecta a cualquier grupo social. A pesar de ello, ha quedado prácticamente fuera de los planes de respuesta y recuperación ante la Covid-19.
Es evidente que, aunque la pandemia de Covid-19 haya intensificado la
violencia de género (incluida la violencia doméstica y en la pareja, entre otras formas de violencia), la inversión en medidas de prevención y respuesta a este tipo de violencia resulta enormemente insuficiente, representando únicamente el 0,0002 % de las oportunidades de financiación de la respuesta ante la Covid-19.
Las barreras para lograr la justicia de género, como las normas sociales nocivas, continúan existiendo. Sin embargo, los progresos realizados desde que se iniciara la campaña de los 16 días de activismo contra la violencia de género ponen de manifiesto que existen soluciones. Asimismo, el activismo feminista ha sido un impulsor clave para lograr progresos en la lucha por acabar con la violencia de género.