El 25 de abril de 2015, un terremoto de magnitud 7,6 sacudió Nepal dejando casi 9 000 víctimas mortales y destruyendo más de 850 000 casas.
Las comunicaciones y el transporte se vieron gravemente afectados. Ante posibles réplicas, cientos de miles de personas abandonaron sus casas y durante semanas se refugiaron en campos provisionales sin instalaciones para el suministro de agua o de saneamiento adecuadas. El 12 de mayo, un segundo terremoto provocó aún más devastación.
Las mujeres, los niños y niñas, y las personas ancianas, discapacitadas y aquellas que pertenecen a las castas más inferiores resultaron las más damnificadas. El terremoto también destruyó medios de vida y miles de puestos de trabajo. El grave problema que ya suponía de la falta de títulos sobre la tierra se agravó tras el terremoto.
Nuestra respuesta inmediata
Desde Oxfam respondimos inmediatamente proporcionando ayuda de emergencia como alimentos y agua potable, e instalando refugios temporales y letrinas.
Durante los primeros días y semanas tras el terremoto, nuestro trabajo se centró en garantizar que las personas afectadas tuvieran acceso a ayuda humanitaria suficiente, así como en evitar el contagio de enfermedades que se transmiten por el agua.
Distribuimos alimentos básicos, así como semillas y herramientas para el cultivo entre las familias agricultoras. En el valle de Katmandú, suministramos agua apta para el consumo e instalamos sistemas de saneamiento para los supervivientes de las áreas más damnificadas por el terremoto. Nuestros equipos técnicos construyeron depósitos para el agua e instalaron sistemas de saneamiento en los campos provisionales.
Fuera del valle de Katmandú, conseguimos enviar suministros de emergencia a Gorkha, cerca del epicentro del terremoto, así como lonas, arroz, semillas, agua y equipos de saneamiento a otros distritos rurales con limitado acceso por carretera.
Desde el terremoto, trabajamos en siete de los 14 distritos más afectados: Gorkha, Nuwakot, Dhading, Sindhupalchowk, Kathmandu, Lalitpur y Bhaktapur.
Nuestra respuesta en cifras
Más de 600,000 personas beneficiadas: el 51% mujeres y el 49% restante hombres.
400 000 personas han obtenido acceso a agua apta para el consumo, saneamiento, alimentos y refugio.
Distribuimos 58 000 kits de higiene.
15 000 familias han vuelto a poner en marcha sus negocios.
17 000 agricultores han recibido semillas de arroz.
Reconstruir mejor y más sólido
Un año después del terremoto, 13 000 personas desplazadas aún vivían en campos provisionales. Desde Oxfam decidimos pasar de la fase de recuperación a la fase de reconstrucción y proporcionar apoyo sostenible en materia de vivienda, saneamiento, medios de vida y creación de empleo. Construimos refugios impermeables y ayudamos a poner en marcha medidas para proteger el ganado. Proporcionamos formación a personas en situación de vulnerabilidad, entre ellas a numerosas mujeres, en carpintería y albañilería para construir casas a prueba de terremotos. También rehabilitamos fuentes de agua en escuelas y comunidades de las montañas. Ayudamos a las personas a recuperar sus medios de vida impulsando la actividad económica en sus comunidades
y pusimos en marcha programas de «dinero por trabajo» para reparar servicios comunitarios que proporcionaron empleo a corto plazo a 15 000 familias en situación de vulnerabilidad.
Nuestra respuesta ha contribuido a impulsar un cambio duradero y proporcionar apoyo a personas en situación de vulnerabilidad, especialmente a mujeres, para que pudieran participar directamente en la toma de decisiones para mejorar su propio bienestar y el de sus comunidades, contribuyendo así a promover la solidaridad y la cohesión social.
"El acceso a agua potable ha cambiado nuestras vidas". La historia de Muna.
Muna, de 27 años, estaba embarazada de nueve meses cuando se produjo el primer terremoto, y hospitalizada cuando tuvo lugar el segundo. Aunque estuvo sola la mayor parte del tiempo y tenía miedo, el parto fue bien. Tras la réplica, Muna, que vive en la provincia de Sindhupalchowk, recibió un cubo, un kit de higiene, mantas y otros artículos de emergencia. Cinco meses después del terremoto, Oxfam y sus organizaciones socias rehabilitaron el sistema de suministro de agua de su comunidad y ahora tiene acceso directo a agua potable.
"Tras el terremoto, la fuente a la que solíamos ir a coger agua se secó. Así que desde entonces hasta que construyeron este grifo, conseguir agua era realmente difícil. Teníamos que bajar la colina y subir los cubos llenos desde allí. Cada viaje nos tomaba 40 minutos. Usábamos entre cuatro y cinco cubos para la familia y otros cuatro o cinco para el ganado, así que en total teníamos que hacer entre cuatro y cinco viajes. Ahora nos ahorramos todo ese tiempo, podemos beber agua potable y nuestra higiene ha mejorado mucho. Es un alivio".
Además de rehabilitar el sistema de suministro de agua, Oxfam puso en marcha un programa para el cultivo de verduras coordinado por un grupo de mujeres del que Muna forma parte. "Ahora cultivamos nuestro propio ajo, cebollas, tomates y otras verduras, y no tenemos que comprarlos. Estoy muy contenta" dice Muna.
Justicia de Género y protección
Más del 25% de las casas destruidas por el terremoto eran propiedad de mujeres solteras, y solo unas pocas poseían títulos sobre la tierra. Muchas mujeres quedaron en riesgo de ser excluidas del proceso de reconstrucción. Para evitarlo, desde Oxfam las incluimos en todos los proyectos y programas, como en los dirigidos a la capacitación en carpintería y albañilería.
Asimismo, creamos cinco redes de mujeres que organizaron actividades para influir en los procesos de toma de decisiones, sensibilizar sobre la violencia de género y el tráfico de niñas, los derechos legales de las mujeres, así como otras áreas como la ciudadanía, el saneamiento, la seguridad social y los medios de vida.