En 2000, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución 1325 con el objetivo de defender los derechos de las mujeres en situaciones de conflicto, así como su papel en las cuestiones relativas a la paz y la seguridad. Quince años después, el examen formal del programa de mujeres, paz y seguridad que deben llevar a cabo las Naciones Unidas y sus Estados miembros constituye una excelente oportunidad de subsanar las principales deficiencias en este ámbito.