Formación, sensibilización y reducción de riesgos

Oxfam staff distributing hygiene kits in Maxquiri Alto resettlement camp.

Personal de Oxfam distribuyendo kits de higiene en el campamento de reasentamiento de Maxquiri Alto como parte de las actividades de respuesta a la emergencia del ciclón Idai, en Mozambique. Maxquiri Alto es uno de los mayores sitios de reasentamiento de la provincia de Sofala, donde aproximadamente 10.500 personas recibieron un espacio para reasentarse. Photo: Micas Mondlane/Oxfam

Edla Muga, miembro del personal de apoyo humanitario de Oxfam Gran Bretaña, describe la respuesta de Oxfam al ciclón en Mozambique en 2019 y la labor de reducción de los riesgos de prevención y salvaguardia durante las emergencias.

Cuando Edla Muga llegó a la ciudad de Beira, en la costa central de Mozambique, en abril de 2019, la zona se estaba recuperando de un ciclón devastador. Edla se encontraba allí para asesorar a Oxfam y a otras organizaciones que respondían al desastre en el ámbito de la protección contra la explotación y el abuso sexuales (PSEA, por sus siglas en inglés) cometidos por el personal humanitario, un tema difícil en condiciones normales que se volvía todavía más complicado después de un gran desastre en una comunidad pobre que se enfrentaba a una inminente epidemia de cólera.

"Cuando llegué allí, la tormenta había arrasado muchos servicios, y la población estaba preocupada por los alimentos y el agua", cuenta Edla. "Escuchamos denuncias de explotación y abuso sexuales, así como de violencia de género, y como personal humanitario sabíamos que teníamos que asegurarnos de que se abordaran".

La llegada de Edla a Mozambique se produjo poco más de un año después de que los medios de comunicación pusieran de relieve las denuncias de explotación y abuso sexuales por parte del personal de Oxfam en Haití. Lo que siguió fue un gran cambio de enfoque por parte del sector de la ayuda para centrarse en los PSEA.

Oxfam se había comprometido públicamente a mejorar sus políticas de protección de las personas a las que sirve en sus programas, y una emergencia importante que afectaba a cientos de miles de personas vulnerables levantó todas las alarmas de nuestra organización, así como de las demás ONG y organismos de las Naciones Unidas que respondieron en Mozambique.

Formación en prevención y salvaguardia

Edla, abogada keniana con experiencia en género y derechos de las mujeres, y sus compañeros y compañeras, se pusieron manos a la obra:  Oxfam colaboró estrechamente con otras organizaciones que respondieron al ciclón como miembro de la red interinstitucional de respuesta al desastre, y fue copresidente de la red de PSEA en Beira. Ella y otras personas que trabajan en la ciudad establecieron sesiones semanales de formación para todo el personal humanitario que viene a trabajar a la zona para asegurar una comprensión compartida de los principios de prevención, salvaguardia y protección.

"Un grupo de organismos que trabajaban bajo el paraguas de la Red de PSEA elaboró un programa de formación común para el personal nuevo, y celebramos sesiones semanales abiertas a todo el personal, las organizaciones socias y todos los organismos tanto en inglés como en portugués durante al menos dos meses", nos cuenta.

"Debido a la urgencia de obtener ayuda vital para las comunidades en una emergencia repentina, muchas organizaciones se ven obligadas a contratar y enviar personal sin ninguna formación en materia de prevención y salvaguardia", afirma Edla. Pero las agencias y el personal de todos los grupos que operan en Beira estaban muy motivados.

"Todo el mundo era muy consciente de los peligros de la explotación y el abuso sexuales y de sus repercusiones para las organizaciones y comunidades. Todas las organizaciones enviaron personal a las formaciones, y luego muchas de ellas solicitaron que el personal que trabajaba en el área de los PSEA fuera a sus oficinas para seguir con la formación".

Sensibilización sobre derechos

Respecto al personal de Oxfam, Edla informa de que el protocolo estándar consistía en contar con puntos focales designados de prevención y salvaguardia para cada ubicación del proyecto. Por lo general, se designa a un hombre y una mujer por cada ubicación, dando preferencia al personal femenino. Este sistema suele ponerse en marcha para apoyar la línea telefónica directa mundial existente y salvaguardar los correos electrónicos de denuncia y para garantizar que el personal que no tiene acceso a los teléfonos o a Internet pueda denunciar oralmente a través de una persona de confianza.  Junto con el sistema de puntos focales, Oxfam proporcionó materiales de sensibilización e inducciones para el nuevo personal.

Posteriormente, Edla explica que se dirigieron a las comunidades: "Martin Kern, responsable de monitoreo, evaluación y aprendizaje (MEAL, en inglés), y yo ayudamos a establecer un sistema de denuncia mediante el cual personas de las comunidades en las que trabajaba Oxfam nombraban a un grupo de puntos focales masculinos y femeninos en cada ubicación del proyecto, a los que llamamos Comités de Feedback".

Estos miembros de los Comités de Feedback recibieron luego formación para reconocer los casos de prevención y salvaguardia y para asegurar que los equipos de prevención y salvaguardia de Oxfam obtuvieran la información y pudieran recibir las denuncias utilizando líneas telefónicas directas. Estas denuncias se remitieron a los puntos focales de prevención y salvaguardia, así como a personal y asesores y asesoras como Edla, para que pudieran analizarlos y posteriormente investigarlos.

Edla afirma que el objetivo era asegurar que los miembros de las comunidades tengan claro que "si cualquier trabajador o trabajadora de Oxfam o cualquier persona que trabaje con nosotros comete alguna vulneración de las medidas de prevención y salvaguardia, deben denunciarlo a través de la línea de atención telefónica, los buzones de sugerencias o los puntos focales comunitarios para que podamos investigarlo y asegurarnos de que no vuelva a ocurrir. Proporcionamos apoyo a la persona superviviente y nos aseguramos de que el caso se investigue hasta su conclusión".

Edla también explica que cada caso de prevención y salvaguardia denunciado o investigado ofrece un aprendizaje para el personal y la dirección, ya que expone las lagunas, las debilidades del sistema y ofrece oportunidades para que los equipos hagan las cosas de manera diferente y trabajen para luchar y, en última instancia, erradicar los delitos de prevención y salvaguardia.

Los mecanismos de denuncia deben adaptarse para que funcionen en el contexto local, señala Edla, por lo que el personal de Oxfam formará, por ejemplo, a algunos miembros designados de los comités existentes para un proyecto relacionado con el agua con el fin de que "puedan informar a nuestro personal de prevención y salvaguardia sobre las infracciones, y sean nuestros ojos y oídos... Pueden ser la plataforma desde la que las comunidades denuncien oralmente cualquier situación". Individualmente, no siempre pueden usar un teléfono o escribir una denuncia, pero puedes tener a alguien en un comité local que puede denunciar por ti si está pasando algo".

El próximo desafío: la protección de las comunidades durante la pandemia del COVID-19

La pandemia del coronavirus está creando un desastre humanitario en demasiados países en estos momentos, lo que conlleva un mayor riesgo de explotación y abuso sexuales y de abuso de menores, así como mayores dificultades para responder a estos casos.

"El COVID-19 es una emergencia de categoría 1, y la prevención y salvaguardia seguirá siendo un problema como en cualquier otra emergencia", destaca Edla desde su puesto de trabajo temporal en Yemen. "Si no se forma a los miembros de la comunidad sobre sus derechos, si no se forma al personal, a las organizaciones socias y a los contratistas sobre nuestro código de conducta, es probable que se produzcan vulneraciones en materia de prevención y salvaguardia. Es una emergencia, tienes a trabajadores y trabajadoras humanitarios que vienen a dar apoyo, y cuando la gente es vulnerable, el riesgo aumenta".

Edla afirma que Oxfam es la mejor situada para gestionar dicho riesgo, a pesar de la naturaleza global del actual desastre al que se enfrenta la confederación. "Siempre que hay una persona de prevención y salvaguardia en el terreno y se celebra una formación, detectamos que la gente se vuelve muy consciente y recibimos denuncias. Todavía hay casos, pero en general se reducen porque todo el mundo tiene más cuidado. La gente me dice que mi departamento pone el miedo en el cuerpo de la gente, pero mi intención es que todo el mundo sea consciente de los problemas y repercusiones que pueden suponer tanto para los individuos como para las organizaciones y me aseguro de que sepan que si se vulneran, Oxfam no se quedará de brazos cruzados".