Programación segura en respuestas humanitarias

Mélida Guevara, from Oxfam in El Salvador

Mélida Guevara, de Oxfam en El Salvador, habla con Marta Eugenia Sánchez en la Asociación de Mujeres Las Gardenias, que trabaja porlos derechos de las mujeres y las niñas y para prevenir la violencia de género en la comunidad de Getsemaní en Ahuachapán. Photo: Oscar Leiva/Oxfam

Desde 2018, Oxfam ha renovado su compromiso con la protección y la salvaguardia a través del fortalecimiento de sus políticas, el desarrollo de procedimientos, y centrándose en garantizar que nuestros programas y nuestro personal no causan daños a las personas y comunidades con las que trabajamos, incluyendo por casos de explotación y abuso.

Entre estas medidas está la formación de nuestro personal con el objetivo de fortalecer sus capacidades a la hora de desempeñar distintos roles en el marco de la programación segura, como por ejemplo identificar situaciones potencialmente inseguras o elaborar planes de mitigación a fin de reducir los riesgos para las personas con las que Oxfam trabaja.

El Equipo Humanitario Global de Oxfam se ha marcado el objetivo de garantizar que, en 2020, todo el personal haya recibido formación en el ámbito de la Programación Segura. A continuación, se detallan dos ejemplos de formación en Programación Segura y se explica cómo los equipos de país de Oxfam están aplicando lo que han aprendido en sus programas humanitarios.

Senegal

En Senegal, Oxfam llevó a cabo un taller de Programación Segura en enero de 2020 en el que participó tanto el personal de Oxfam como los representantes locales que prestan ayuda humanitaria a las comunidades afectadas por la sequía generalizada que afectó al país en 2019. La respuesta a esta sequía fue implementada conjuntamente por el Gobierno de Senegal y un consorcio liderado por START Network, y formado por organizaciones no gubernamentales como Action Contre le Faim, Save the Children, World Vision, Catholic Relief Services, Plan International y Oxfam.

Oxfam contribuye a este proyecto a través de la prestación de dinero en efectivo y ayuda alimentaria adicional a familias con niños y niñas pequeños en la región de Louga, en Senegal, dando prioridad a las familias encabezadas por mujeres que se enfrentan a un elevado riesgo de inseguridad alimentaria en las comunidades más vulnerables. 

El personal de Oxfam se reunió con los promotores y promotoras locales encargados de llevar a cabo las encuestas para seleccionar a las familias que podían optar a la ayuda, con el objetivo de darles formación que les permitiera garantizar que las familias receptoras de la ayuda son conscientes de que no tienen obligación de hacer nada a cambio de recibir el efectivo y la ayuda alimentaria, y de que saben cómo presentar una denuncia en caso de que alguien incumpla esta norma. 

Oxfam ofreció formación a estos promotores y promotoras locales (llamados relais) en concreto porque “proceden de las comunidades con las que trabajamos, viven con la gente, hablan su idioma y proceden de la misma realidad,” dice Mbaye Kane Dieng, responsable de seguridad alimentaria de Oxfam en Senegal. “También nos daba la oportunidad de contratar a personal local, fortalecer las capacidades locales y ofrecer una formación profesional fundamental”.

Para reducir los riesgos en las comunidades que reciben la ayuda y establecer con ellas una relación de confianza, es fundamental trabajar con representantes locales que identifiquen a las personas con mayores necesidades y se aseguren de que estas conocen sus derechos.  Además, dado que Oxfam tiene que conocer información sensible, por ejemplo, sobre su capacidad para alimentar a sus familias, queríamos que los miembros de las comunidades se sintiesen seguros al hablar de estos temas.

Los y las relais debían dejar meridianamente claro a los miembros de las comunidades un mensaje fundamental: ningún miembro de la comunidad tenía que dar o intercambiar nada (tampoco sexo) a cambio de estar incluido en el listado de personas receptoras de la ayuda.  Asimismo, Oxfam y START Network se aseguraron de que este mensaje seguía presente durante la implementación del proyecto y de que “la encuesta de monitoreo posterior a la distribución incluirá preguntas de seguimiento sobre cuestiones relativas al abuso y la explotación sexuales,” afirma Khar Ndieye, director de programa de Oxfam.

La formación en materia de Programación Segura contribuye a que los socios y socias locales, como los y las relais que trabajan en START Network, y el personal de Oxfam estén alineados en lo que respecta a la política de tolerancia cero con cualquier persona que ofrezca dinero, bienes o servicios a cambio de sexo.  El personal de Oxfam y START Network también cuentan con los mismos conocimientos sobre cómo proceder en caso de que alguien presente una denuncia. 

“Queremos que nuestro personal informe sobre cualquier denuncia directamente al personal de Protección y Salvaguardia,” afirma Jennifer Emond, asesora sénior en materia de Protección y Salvaguardia y encargada de impartir la formación sobre Programación Segura al personal de Oxfam y  de sus organizaciones socias, incluyendo a los y las relais a principios de 2020. Las denuncias deben comunicarse rápidamente a las personas de referencia en materia de Protección y Salvaguardia, ya que de ello depende que “podamos ayudar a la persona superviviente e investigar su denuncia de forma segura y centrada en sus necesidades.”

El Salvador

Para su primera formación en El Salvador, Oxfam América consiguió que la organización Margaret A. Cargill Philanthropies financiase un proyecto específicamente dedicado a mejorar la rendición de cuentas ante las comunidades a través de la Programación Segura.  Oxfam está trabajando con tres organizaciones locales en este proyecto, que se inició con sesiones de formación sobre programación segura para miembros del personal.

El objetivo tanto de la subvención como de la formación es mejorar los conocimientos sobre los principios de los programas seguros, así como aprovechar la tecnología para dar seguimiento a aquella información que Oxfam y sus organizaciones socias pueden utilizar para que sus programas humanitarios sean más inclusivos, se reduzcan los riesgos para las mujeres y las personas en situación de exclusión, y logren que el trabajo humanitario sea más seguro y transparente. 

La formación en Programación Segura “facilita una mayor participación de las comunidades, promueve su empoderamiento y mejora la transparencia y la confianza de las comunidades, organizaciones socias y donantes con los que trabajamos,” afirma Mercedes García, directora del Programa Humanitario de Oxfam en El Salvador. Asegura también que el objetivo es “reducir las posibilidades de causar perjuicios involuntarios a la población más vulnerable.”

García afirma que la actual pandemia del COVID-19 está incrementando los riesgos del programa humanitario en El Salvador: “La población tendrá muchas más necesidades, lo cual aumenta el riesgo de que sus derechos puedan verse vulnerados por abusos de poder, abusos sexuales a cambio de la ayuda de los distintos actores… Si empoderamos a las personas y se garantiza su participación en la creación de un sistema de feedback, es posible minimizar o eliminar estos abusos”.

Una de las organizaciones socias de Oxfam que participa en este trabajo es la Justice and Gender Foundation, que “está especializada en cuestiones de igualdad de género y violencia contra las mujeres, y desempeña un papel fundamental ofreciendo asesoramiento, formación, apoyo y protección a Oxfam sobre temas de género durante situaciones de emergencia,” cuenta Mélida Guevara, la directora del programa de Justicia de Género de Oxfam.

Con la ayuda de esta organización, la iniciativa de Programación Segura está trabajando para proteger los derechos de las mujeres que sufran cualquier tipo de abuso o explotación sexuales ya que, como afirma Guevara, “tienen derecho a ser escuchadas y tratadas con dignidad y respeto sin que se las culpabilice o revictimice.”

La Justice and Gender Foundation conoce en profundidad la legislación aplicable en casos de violencia y explotación contra las mujeres, lo cual ayuda a que Oxfam pueda “garantizar el cumplimiento de los protocolos de cuidados en casos de violencia sexual, asegurar que las supervivientes reciben ayuda, garantizar que gozan de una protección oportuna y adecuada que contempla su estado emocional y que cuentan con toda la información necesaria sobre sus derechos.”