El riesgo de impedir que las mujeres expresen su opinión sobre el futuro de Afganistán
Los derechos de las mujeres se han presentado como uno de los avances más tangibles logrados por la intervención internacional en Afganistán. Después de que la comunidad internacional haya prometido durante trece años que los derechos de las mujeres son altamente prioritarios, dichos avances no sólo continúan siendo frágiles, sino que el riesgo de que se deterioren es cada vez mayor.
A puerta cerrada hace un repaso de las negociaciones de paz celebradas durante los últimos años y analiza las victorias y derrotas para los derechos de las mujeres desde 2001. Trece años después de la caída del régimen talibán, las mujeres afganas temen que el inestable clima político derive en un retroceso de sus derechos.
Ante la inminente salida de los aliados occidentales de Afganistán y a la espera de que las negociaciones de paz con los talibanes avancen, el Gobierno afgano y la comunidad internacional deben mantener sus promesas y apoyar una participación plena de las mujeres en las negociaciones sobre el futuro de Afganistán.
Recomendaciones clave
- El gobierno afgano debe contar con la participación de las mujeres en todos los niveles de toma de decisiones de las conversaciones de paz, tanto oficiales como oficiosas. Por ejemplo garantizando una participación significativa de las mujeres en las negociaciones políticas de alto nivel con los talibanes, lo cual debe complementarse con la ayuda continuada a las negociadoras, a fin de garantizar que pueden realizar una contribución relevante.
- Establecer un umbral mínimo del 30% para la inclusión de las mujeres en los organismos gubernamentales afganos para la paz, como el Alto Consejo para la Paz, los Consejos provinciales para la paz y cualquier organismo creado para sustituirlos.
- Los Gobiernos y los donantes deben Ofrecer una financiación cuantiosa y sostenida destinada a la puesta en marcha y aplicación del NAP. Es necesario mejorar la forma en que los donantes coordinan el apoyo internacional a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, en coordinación con el ministerio de Asuntos de la Mujer y otros Ministerios relevantes.
- La Organización de las Naciones Unidas debe garantizar que todos procesos de reconciliación y reintegración apoyados por la ONU están expresamente vinculados a la promoción de los derechos de las mujeres, garantizando la participación activa de las mujeres en el proceso de investigación de antecedentes de los ex-combatientes para su reintegración en la sociedad. Concretamente, debe adoptar medidas para fortalecer los vínculos entre la sociedad civil y las iniciativas de construcción de paz de las mujeres a nivel local y el Programa de Paz y Reintegración de Afganistán.