Guerra y coronavirus: la población siria entre la espada y la pared

Ruqaya, 83, lives in rural Aleppo with her family.

Ruqaya*, de 83 años, vive en la zona rural de Alepo con su familia.  Ella y 800 otras familias se benefician del programa de ayuda en efectivo de Oxfam. Foto: Islam Mardini/Oxfam

En una Siria devastada por la guerra, la crisis del coronavirus no es más peligrosa que cualquier otro desafío que haya tenido que soportar la población local, pero sus repercusiones económicas podrían ser desastrosas.

"Recuerdo los largos días que pasábamos en casa temiendo que las bombas nos alcanzaran. No había manera de salir, de ganarnos la vida o de comprar la comida que necesitábamos. En ese momento, sentí como si mi vida pendiera de un hilo; un sentimiento que permanece conmigo hasta el día de hoy. La diferencia es que ahora no son las bombas lo que temo, sino un virus invisible que amenaza con enfermarnos y matarnos de hambre a los 5 miembros de mi familia y a mí". Munzer*, de 71 años, agricultor del pueblo de Abou-Getheh, en la zona rural al sur de Alepo.

 

Munzer*, 71, is a farmer. He and 800 other families benefit from Oxfam’s cash assistance program in rural Aleppo, Syria.

Munzer, de 71 años, es agricultor. Él y 800 otras familias se benefician del programa de ayuda en efectivo de Oxfam en la zona rural de Alepo (Siria). Foto: Islam Mardini/Oxfam

Según las últimas estadísticas del Programa Mundial de Alimentos, se estima que en Siria hay actualmente 9,3 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria, frente a los 7,9 millones de personas estimadas hace seis meses. Se trata de casi la mitad de la población del país, cuyas vidas y medios de subsistencia se han visto afectados por el impacto económico del virus, siendo las personas más vulnerables las más afectadas.

"Los precios de los bienes esenciales están en su punto más alto desde que comenzó la crisis en Siria. ¿Quién hubiera pensado que llegaría el día en que un kilogramo de naranjas nos costaría 1200 libras sirias (alrededor de 2,3 dólares)? Eso es más de lo que gano en un día", afirma Munzer.

"Justo cuando pensábamos que las cosas no podían empeorar, nos vemos forzados a reducir nuestro consumo, a saltarnos comidas y a acumular más deuda, ya que, de lo contrario, no podemos sobrevivir".

Munzer
Agricultor de la zona rural del sur de Alepo

Ruqaya* (imagen superior), de 83 años, también vive en la zona rural de Alepo, en el pueblo de Abou-Getheh. Su sufrimiento no es diferente del de otras personas de su comunidad. Puesto que los precios siguen subiendo, ya no puede ahorrar dinero vendiendo los cultivos que ella y su familia producen para comprar semillas para la próxima temporada. "Si los precios siguen subiendo, no tendremos más remedio que vender una parte de nuestra tierra. Espero que no tengamos que llegar a eso, pero si ocurre, es nuestra única salida", cuenta Ruqaya a Oxfam.

Oxfam en Siria ha entregado ayuda en efectivo a casi 800 familias de la zona rural de Alepo, cada una de las cuales recibió 100.000 libras sirias (aproximadamente 200 dólares). Esto ayuda a cubrir algunas de sus necesidades y evita que las familias tengan que pedir ayuda a otras personas que también lo están pasando mal.

La vida en una crisis doble

Incluso antes de que el coronavirus llegara al país, cuatro de cada cinco habitantes vivían por debajo del umbral de la pobreza. Para millones de personas, la guerra de casi una década de duración ha sido una época de miedo, confusión y grandes pérdidas: de medios de vida y pertenencias, hogares y miembros de la familia y, para demasiadas, la pérdida de sus sueños.

Ahora, el coronavirus ha traído consigo una doble crisis humanitaria a Siria, añadiendo retos aún mayores a la vida de las personas y empujándolas a tomar medidas extremas de supervivencia.

Louay*, 45, lives with his family of six in Rural Damascus.

Louay*, de 45 años, a quien Oxfam ha entregado 21 gallinas, vive con los seis miembros de su familia en la zona rural de Damasco. Oxfam ha entregado gallinas a otras 434 familias (alrededor de 2200 personas). Foto: Dania Kareh/Oxfam

"No hemos podido tener una vida normal durante nueve años de violencia y ahora la crisis del coronavirus está exacerbando todos los problemas que teníamos antes de la guerra. Esta situación es insostenible".

Louay, de 45 años, padre de cuatro hijos e hijas

Louay, de 45 años, tiene 4 hijos e hijas. Vive con su familia en Hamouriyeh, un pueblo agrícola de la zona rural de Damasco, que en su día albergó a casi 14.000 personas que sufrieron durante varios años las terribles consecuencias de la guerra y la migración. Para hacer frente a la situación, han tenido que reducir el número de comidas que ponen en la mesa cada día.

"Toda mi vida he trabajado de carpintero. Antes era un trabajo próspero, pero ya no. Desde que empezó la guerra, y ahora con el coronavirus, las cosas han ido de mal en peor. ¿Quién puede pensar en comprar muebles, ahora, con el aumento de los precios, y en un momento en que los hogares no pueden ni permitirse los productos más básicos para vivir? Nadie puede comprar nada que no sea de primera necesidad. Tenemos que olvidarnos de “lujos” como la carne o la fruta”.

Louay se ha pasado a la agricultura para poder subsistir. Es propietario de un pequeño trozo de tierra del que cultiva una parte, con la esperanza de que al final de la temporada, esta tierra le reporte beneficios a él y a su familia.

Ayuda para salvar las tierras y el sustento de la población agrícola

 "Hace dos meses empezamos a sentir el impacto del brote de coronavirus. Nuestros ingresos estaban disminuyendo mientras los precios de los alimentos seguían subiendo vertiginosamente. Lo que ganamos de la cosecha de la temporada pasada no podía cubrir los gastos básicos de mi familia, incluyendo el alquiler, y ahorrar algo de dinero era ya imposible. Comprar nuevas semillas, cuyos precios han aumentado drásticamente, era impensable, por lo que no podíamos preparar la cosecha de la próxima temporada", nos explica Marwan*, agricultor de Sakba, en la región de Ghouta oriental.

Marwan, 52, lives in eastern Ghouta with his family.

Marwan*, de 52 años, vive en Ghouta oriental con su familia. Él y otros/as 400 agricultores/as se han beneficiado de la respuesta de distribución de semillas de Oxfam. Foto: Dania Kareh/Oxfam

Marwan, como muchos otros trabajadores y trabajadoras del país, perdió su casa durante la guerra y ahora vive en un piso alquilado con su familia. El alquiler es caro y, a medida que los precios siguen subiendo, su sustento y el de muchas otras personas está en juego.

Para ayudar a los/as agricultores/as a mantener sus medios de vida y a seguir siendo autosuficientes, Oxfam ha entregado pollos, plantones de tomate y berenjena y semillas de pepino y calabacín a unas 2200 personas en Ghouta oriental. Estos plantones y semillas han salvado a Marwan y a su familia. "Sin ellos, nuestra única opción de sobrevivir hubiera sido vender algunas tierras", nos cuenta.

Aseguremos que la población siria está protegida y recibe apoyo

Por todo el país, la situación de la población siria está empeorando a marchas forzadas. Millones de personas como Marwan y Louay necesitan ayuda humanitaria para obtener agua potable, alimentos, refugio o atención médica, entre otros. Es vital que las familias de toda Siria sigan recibiendo la ayuda que tanto necesitan, ya que, sin ella, miles de personas se verán obligadas a abandonar sus medios de vida, lo que les acercará todavía más a la ruina económica.

Debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para garantizar que la población siria esté protegida y reciba apoyo, porque de lo contrario, no podrán vivir vidas dignas y seguras.

* Todos los nombres se han modificado para proteger sus identidades.

Ayúdanos a salvar vidas

A medida que continúa el brote de este nuevo coronavirus, Oxfam está en la primera línea de la prevención de catástrofes en algunos de los lugares más vulnerables del mundo, apoyando a las organizaciones socias locales y prestando ayuda vital. Tu contribución puede marcar una gran diferencia.