El hambre podría estar cobrándose una vida cada 48 segundos en África Oriental, devastada por la sequía ante la indiferencia del mundo

Publicado: 17th Mayo 2022


En Etiopía, Kenia y Somalia, tres países asolados por la sequía, una persona podría estar muriendo víctima del hambre cada 48 segundos. Estas son las estimaciones realizadas por Oxfam y Save the Children en un informe publicado hoy que evidencia el continuo fracaso del mundo para evitar desastres prevenibles. 

Más de una década después de la tardía respuesta a la hambruna que en 2011 se cobró la vida de más de 260 000 personas en Somalia (la mitad de ellas, menores de cinco años), el mundo se muestra, una vez más, incapaz de evitar una situación catastrófica de hambre en África Oriental. A día de hoy, casi medio millón de personas en distintas partes de Somalia y Etiopía viven en condiciones cercanas a la hambruna. En Kenia, 3,5 millones de personas se encuentran en una situación de hambre extrema. Los fondos donados para afrontar la emergencia son totalmente insuficientes, mientras otras crisis –entre ellas, la guerra en Ucrania– contribuyen a agravar la escalada de hambre en la región. 

El número de personas que padece hambre extrema en estos tres países se ha duplicado con creces desde 2021, pasando de 10 millones de personas a más de 23 millones en la actualidad. Mientras, en menos de una década, su abrumador nivel de endeudamiento se ha multiplicado por más de tres (de 20 700 millones de dólares en 2012 a 65 300 millones en 2020), lo que obliga a estos países a desviar recursos destinados a servicios públicos y medidas de protección social para hacer frente a la deuda.  

El informe, Un retraso peligroso: El precio de la inacción, elaborado en colaboración con el Jameel Observatory, analiza los cambios que se han producido en el sistema de acción humanitaria desde 2011. El informe concluye que, a pesar de la mejora en la respuesta a la sequía que afectó a África Oriental en 2017 y que evitó una hambruna generalizada, en general, las respuestas nacionales e internacionales siguen siendo demasiado lentas y limitadas para evitar que se produzcan nuevas catástrofes. 

"A pesar de que las señales de alerta eran cada vez más claras, la respuesta de las y los líderes mundiales ha sido lamentable: demasiado tardía y demasiado escasa, dejando a millones de personas en una situación catastrófica. El hambre es un fracaso político"

Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional. 
Oxfam International

"A pesar de que las señales de alerta eran cada vez más claras, la respuesta de las y los líderes mundiales ha sido lamentable: demasiado tardía y demasiado escasa, dejando a millones de personas en una situación catastrófica. El hambre es un fracaso político", señala Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional. 

El informe concluye que, a pesar de las mejoras en los sistemas de alerta y de los esfuerzos de las ONG locales, la complejidad de los sistemas burocráticos y las decisiones políticas interesadas continúan restringiendo una respuesta global unificada.  

Los países del G7 y otros países ricos han antepuesto sus prioridades ante las diversas crisis globales, como la pandemia de COVID-19 y, más recientemente, el conflicto en Ucrania, dando marcha atrás en sus promesas de ayuda a países pobres, y llevándolos al límite de la bancarrota debido a su elevado endeudamiento.  

Los Gobiernos de África Oriental deben asumir también sus propias responsabilidades, ya que han retrasado sus respuestas y, a menudo, han evitado reconocer la dimensión de la crisis que se les avecinaba. Estos Gobiernos no han invertido de forma adecuada en agricultura o sistemas de protección social que ayuden a su población a hacer frente a las causas del hambre, incluyendo las emergencias climáticas y económicas. 

El informe también evidencia cómo los donantes y las organizaciones de ayuda continúan sin priorizar a las organizaciones locales en primera línea de respuesta, lo que ha ralentizado aún más la respuesta, a pesar de que muchas de ellas ya estaban listas para actuar.  

La sequía, unida a los conflictos que han obligado a muchas personas a abandonar sus hogares y a la crisis económica provocada por la COVID-19, ha diezmado la capacidad de las personas para hacer frente a las crisis. Además, el conflicto en Ucrania ha provocado el mayor aumento de los precios de los alimentos jamás registrado, haciendo que estos queden fuera del alcance de los bolsillos de millones de personas.  

Sankuus*, 70, sits in front of the home he shared with his wife who recently passed away due to thirst.

"Ya no quedan vacas. Todas han muerto. Nos quedan algunos camellos y cabras que han logrado sobrevivir a la sequía, pero tenemos miedo de perderlos si continúa. Tememos que las personas empiecen a morir de hambre", dice Ahmed Mohamud, pastor de Wajir, en Kenia.  Photo credit: Khadija Farah/Oxfam/Feb2022

La portavoz regional de Save the Children para África Oriental y Meridional, Shako Kijala, ha señalado: "Estamos viendo unas cifras terribles de desnutrición severa, y se prevén cerca de 5,7 millones de niñas y niños con desnutrición aguda para finales de este año. Y, ante la advertencia de las Naciones Unidas de que más de 350 000 podrían morir si no actuamos, cada minuto que pasa es un minuto más cerca de la inanición y la posible muerte de un niño o niña. ¿Cómo podemos aceptar que esto vuelva a ocurrir?" 

Jane Meriwas, directora de Samburu Women Trust en Kenia, afirma: "La situación es desoladora. Tanto las personas como el ganado están en riesgo de perecer. En algunas zonas de las provincias de Marsabit y Samburu, en Kenia, ya se está informando de la muerte de niñas, niños, mujeres embarazadas y personas ancianas. Si no se interviene de forma urgente, probablemente seamos testigos de más muertes".  

El cambio climático ha provocado que esta sequía agravada por el fenómeno La Niña en el Cuerno de África sea más grave y prolongada de lo habitual: se trata de la peor sequía en 40 años. Esta sequía ha diezmado las reservas económicas, los rebaños y la salud de las personas, y es el principal factor tras las alarmantes cifras de personas que carecen de alimentos suficientes para comer todos los días. Sin embargo, la región es una de las menos responsables del cambio climático, pues en su conjunto apenas emite el 0,1 % del total de las emisiones de carbono globales.  

"Ya no quedan vacas. Todas han muerto. Nos quedan algunos camellos y cabras que han logrado sobrevivir a la sequía, pero tenemos miedo de perderlos si continúa. Tememos que las personas empiecen a morir de hambre", dice Ahmed Mohamud, pastor de Wajir, en Kenia.  

Hasta la fecha, tan solo se ha cubierto el 2 % (93,1 millones de dólares) de los 4 400 millones de dólares del llamamiento de las Naciones Unidas para Etiopía, Kenia y Somalia. En 2017, estos mismos países recibieron 1 900 millones de dólares en fondos de emergencia. Aunque el pasado mes los donantes se comprometieron a proporcionar 1 400 millones de dólares, resulta vergonzoso que tan solo 378 millones de dólares de dicha cantidad sean fondos nuevos. 

"La gente muere de hambre no porque en el mundo falte comida o dinero, sino por una absoluta falta de voluntad política. Los países ricos consiguieron movilizar con éxito, y muy justificadamente, más de 16 000 millones de dólares en un mes para dar respuesta a la terrible crisis en Ucrania. Inyectaron más de 16 billones de dólares en sus economías en respuesta a la COVID-19 para ayudar a quienes más lo necesitaban. Los países pueden movilizar recursos para evitar el sufrimiento humano, pero solo si así lo desean", afirma Bucher.  

"Los donantes, las organizaciones de desarrollo, los Gobiernos y el sector privado deben trabajar con las comunidades afectadas para que estas puedan prepararse y responder ante los riesgos, en lugar de esperar a que las crisis se descontrolen", subraya Guyo Roba, director del Jameel Observatory. 

Oxfam y Save the Children hacen un llamamiento urgente para abordar la catastrófica crisis de hambre en África Oriental: 
 

  • Para ayudar a salvar vidas ahora, las y los líderes del G7 y el resto de países occidentales deben proporcionar fondos de forma inmediata para financiar el llamamiento de las Naciones Unidas de 4 400 millones de dólares para Kenia, Etiopía y Somalia, además de asegurar que los fondos sean lo suficientemente flexibles para que puedan destinarse adonde sean más necesarios. 
     
  • Los donantes deben garantizar que al menos el 25 % de los fondos vaya a las organizaciones locales que están en primera línea de la respuesta. 
     
  • Los Gobiernos de Kenia, Etiopía y Somalia deben incrementar la protección social para ayudar a las personas a hacer frente a las diversas crisis. Deben invertir al menos el 10 % de sus presupuestos en agricultura, especialmente en medidas que beneficien a las y los productores a pequeña escala y las mujeres agricultoras, tal y como acordaron en la declaración de Malabo de 2014 de la Unión Africana. 
     
  • Los Gobiernos de estos países deben anteponer las vidas a las cuestiones políticas, reconociendo las señales de alerta temprana y actuando de forma consecuente. Deben declarar más rápidamente las emergencias nacionales, desviar recursos hacia quienes más lo necesitan, e invertir en responder a crisis relacionadas con el clima.  
     
  • Los países ricos más contaminantes deben compensar a África Oriental por las pérdidas y daños sufridos como consecuencia del cambio climático También deben condonar la deuda de estos países de 2021-2022, para que puedan liberar recursos para ayudar a las personas a mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático.  


Actuar de forma temprana para evitar el hambre no solo salva vidas, sino que también evita pérdidas económicas. USAID calcula que, por cada dólar invertido en medidas de respuesta temprana y resiliencia en Somalia, se ahorran tres dólares al evitar la pérdida de ingresos y ganado. 
 

Notas para editores

Descargar el informe Un retraso peligroso: El precio de la inacción

El informe Un retraso peligroso: El precio de la respuesta tardía a alertas tempranas durante la sequía de 2011 en el Cuerno de África, publicado en 2012, está disponible aquí  

Para calcular la tasa de mortalidad diaria se ha utilizado la tasa bruta de mortalidad, que es 0,5-0,99 por 10 000 personas en el nivel de inseguridad alimentaria IPC3, conforme a lo especificado por la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC, por sus siglas en inglés) en su Manual Técnico Versión 3.1: Información y normas que garantizan mejores decisiones relativas a seguridad alimentaria y nutrición. Posteriormente, hemos sustraído la tasa de mortalidad diaria normal de 0,22 por 10 000 personas por día. Esta cifra se basa en datos de las Naciones Unidas y de las oficinas de estadística de diversos países, la Unión Europea y la Comunidad del Pacífico.  

En los tres países, la tasa bruta de mortalidad es al menos 627-1802 por día, 0,44-1,25 por minuto; es decir, entre una cada 2,5 minutos y una cada 48 segundos. Estas cifras son conservadoras, puesto que están basadas en tasas de mortalidad brutas para un nivel IPC3 y no tienen en cuenta las mayores tasas de mortalidad bruta para los niveles IPC4 e IPC5.  

De acuerdo con la IPC (véase la herramienta de seguimiento disponible en https://www.ipcinfo.org/ipc-country-analysis/population-tracking-tool/en/) y el grupo de trabajo de la FAO-ICPAC sobre seguridad alimentaria y nutrición, entre 22,4 y 23,4 millones de personas en Kenia, Somalia y Etiopía padecerán niveles altos de hambre aguda (IPC3 y superior), entre ellas casi 500 000 en una situación cercana a la hambruna. Esto incluye: 7,4 millones de personas en Etiopía (conforme a las proyecciones para julio-septiembre de 2021), incluidos más de 400 000 personas en una situación cercana a la hambruna (IPC5); 5,5-6,5 millones de personas en el sureste de Etiopía (estimación de abril de 2022), 3,5 millones de personas de Kenia (proyecciones para marzo-junio de 2022); y 6 millones de personas de Somalia, inclusive 81 100 en IPC5 (proyecciones para abril-junio de 2022). 

Las cifras de desnutrición infantil se han extraído del informe sobre la sequía en el Cuerno de África de abril de 2022 

Las cifras sobre el hambre en 2011 se basan en el informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (UNOCHA) del 4 de junio de 2011. 

De acuerdo con la FAO, los precios de los alimentos a nivel global alcanzaron un máximo histórico en marzo de 2022. En promedio, en un año, el costo de la cesta básica de la compra se ha incrementado un 23 % en toda la región de África Oriental (febrero de 2021-2022). Sin embargo, en Etiopía y Somalia el incremento ha sido del 66 % y el 36 %, respectivamente, entre febrero de 2021 febrero de 2022. Fuente: FAO, Implications of the Conflict in Ukraine on Food Access and Availability in the East Africa Region, pág. 2. 

Entre marzo y junio de 2021, el número total de personas en la categoría IPC3+ en Kenia, Etiopía y Somalia era de 10 183 133, de acuerdo con la IPC.  

Si se comparan los datos de la crisis de 2011 con los de 2022, en 2011, nueve millones de personas en Etiopía, Kenia y Somalia experimentaron hambre aguda (IPC3+). De acuerdo con UNOCHA y la IPC, actualmente dicha cifra es de entre 22,4 y 23,4 millones de personas. 

Estados Unidos ha destinado 6 700 millones de dólares a la crisis de Ucrania (en ayuda no militar), y la iniciativa europea EU Stand for Ukraine ha superado los 10 000 millones de euros hasta la fecha.  

En la emergencia derivada de la pandemia de COVID-19, los Gobiernos utilizaron sus presupuestos de forma decidida y temprana. Desde 2020, los países han anunciado 16 billones de dólares en ayudas fiscales. Fuente: IMF 2021 

Las agricultoras y agricultores de todo el mundo producen alimentos suficientes para alimentar a todas las personas (ver las noticias de la ONU sobre los ODS). 

Los datos sobre las emisiones de carbono a nivel global se han extraído de Our World in Data

Datos sobre los llamamientos humanitarios de las Naciones Unidas y la financiación de donantes proceden del Servicio De Seguimiento Financiero de UNOCHA. 
 

Información de contacto

Gabriela Bucher está disponible para entrevistas.

Nesrine Aly in Egypt | Oxfam Global News Manager | nesrine.aly@oxfam.org ; +201222486964 / +447503989838 (Whatsapp only)
Levi Gikandi in Kenya | Oxfam Regional Media Advisor in the Horn, East and Central Africa Region | lgikandi@oxfam.org.uk | Mobile +254 740 699 617 

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