Alerta por hambruna en Sudán del Sur: comunidades al límite

Majok esperando la distribución de alimentos del Programa Mundial de Alimentos en Nyal. Ayudado por sus familiares, tuvo que caminar durante hora y media desde su casa para estar presente físicamente en el registro. Foto: Bruno Bierrenbach Feder/Oxfam

El brutal conflicto que vive Sudán del Sur desde hace más de tres años está llevando al país al límite. Millones de hombres, mujeres, niños y niñas que han huido de sus hogares en busca de protección se encuentran ahora ante una nueva amenaza: el hambre. Estamos aún a meses vista de la temporada de cosechas y la hambruna declarada recientemente en algunas zonas del país amenaza con extenderse al resto a menos que actuemos ahora.

Cuando empiece la temporada de lluvias a principios de mayo, la situación será aún más complicada tanto para las personas que precisan ayuda como para las organizaciones humanitarias que tratan de proporcionársela. Las inundaciones anegarán las carreteras y pistas de aterrizaje y podrían provocar el aumento del cólera y de otras enfermedades transmitidas por el agua.

George* en brazos de su madre mientras personal sanitario toma sus medidas para determinar su nivel de desnutrición. George* en brazos de su madre mientras personal sanitario toma sus medidas para determinar su nivel de desnutrición. En el hospital de Nyal, en el estado de Unity, hay 208 casos de desnutrición sin contar a las personas adultas que padecen hambre extrema en la zona.

Casi cinco millones de personas, el 40% de la población, se enfrentan al hambre extrema. "Estamos viendo comunidades en una situación límite. Sabemos que en las lagunas que hay entre las zonas afectadas por la hambruna, y en las que Oxfam trabaja, hay miles de personas en situación desesperada", señala Dorothy Sang, responsable de Acción Humanitaria de Oxfam en Sudán del Sur.

El condado de Panjiyar, en el sur del estado de Unity, está junto zona una de las zonas más activas de combate. No es ninguna coincidencia que aquí se encuentren las 100.000 personas afectadas por esta hambruna. Muchas han viajado durante días a pie para llegar hasta comunidades vecinas que las acogen generosamente y que comparten los pocos alimentos que tienen a la espera de que llegue más ayuda alimentaria para sobrevivir.

na anciana en el centro de registro de la Iglesia Católica en Nyal, en Sudán del Sur. Ha llegado desde Nyandong Payam con ayuda de sus familiares. Fotografía: Bruno Bierrenbach Feder/OxfamUna anciana en el centro de registro de la Iglesia Católica en Nyal, en Sudán del Sur. Ha llegado desde Nyandong Payam con ayuda de sus familiares. Fotografía: Bruno Bierrenbach Feder/Oxfam

Hasta el momento, Oxfam y otras organizaciones humanitarias han hecho todo lo posible para mantener a raya la hambruna distribuyendo alimentos, artículos de primera necesidad y suministrando agua apta para el consumo.  Hemos proporcionado alimentos a más de 415.000 personas y agua limpia y servicios de saneamiento a más de 140.000.

Pedro Marial Rock, miembro del equipo de Oxfam, toma las huellas dactilares a modo de firma de Nyabiey (izquierda) y Nyakonga (derecha) para registrar que recibieron alimentos en la distribución que se llevó a cabo en el 20 de marzo de 2017. Fotografía: LPedro Marial Rock, miembro del equipo de Oxfam, toma las huellas dactilares a modo de firma de Nyabiey (izquierda) y Nyakonga (derecha) para registrar que recibieron alimentos en la distribución que se llevó a cabo en el 20 de marzo de 2017. Foto: Lauren Hartnett/Oxfam

Algunas de las personas más vulnerables de las islas próximas llegan exhaustas hasta Nyal, en el condado de Panyijar, tras viajar durante horas en canoas que Oxfam ha proporcionado. Están aquí para registrarse para participar en la distribución de alimentos del Programa Mundial de Alimentos (WPF, por sus siglas en inglés). Suministramos canoas y pagamos a conductores para garantizar que quienes no pueden pagar el viaje no queden excluidas de las distribuciones de alimentos.

Marissa y su familia trajeron hasta Nyal lo que les quedaba, arrastrando sus posesiones en lonas de plástico por los pantanos. Foto: Dorothy Sang/OxfamMarissa y su familia huyeron de la hambruna y el conflicto que asola Mayendit, donde su casa y todos los alimentos que almacenaban fueron quemados. Trajeron hasta Nyal lo que les quedaba, arrastrando sus posesiones en lonas de plástico por los pantanos. Ahora esperan poder registrarse para participar en una distribución de alimentos. Fotografía: Dorothy Sang/Oxfam

Además de proporcionar agua apta para el consumo y letrinas en algunas de las islas más cercanas a Nyal, también ayudamos a las comunidades a mejorar su dieta y generar algunos ingresos mediante la creación de huertos. "Lo que más nos preocupa es que hay personas a las que aún no hemos podido acceder. Los combates impiden que trabajemos en islas remotas y solo podemos enviar canoas río arriba para ayudar a más personas cuando sabemos que nuestro personal no correrá peligro ", apunta Sang.

 

Tu ayuda salva vidas

Los ciudadanos del país más joven del mundo hacen cuanto pueden para salir adelante. Allí donde llegan nuevas personas desplazadas, las familias les ofrecen generosamente lo poco que tienen. Pero no es suficiente. Necesitamos proporcionar más alimentos, agua limpia y otros artículos de emergencia para ayudar a las personas en situación de mayor vulnerabilidad.

Ayúdanos a llegar a estas personas antes de que sea demasiado tarde. Tú también puedes ayudar. Dona ahora.