África Oriental: la desigualdad extrema en cifras

Pastoralist Fatuma pictured outside of her home in Tana River County, Madogo division, Kenya.

Antes de la plaga de langostas de 2020, la vida de Fatuma era estable. Pero, entonces, llegaron las langostas y arrasaron los pastos de su ganado. A la plaga le siguió una intensa sequía que provocó que los animales se debilitaran y migrasen en busca de pastos más verdes. Debido a la salud de uno de sus hijos, Fatuma no pudo desplazarse con ellos. Fotografía: Lameck Ododo/Oxfam

Los países de África Oriental han experimentado un impresionante crecimiento económico durante las últimas dos décadas, y la mayoría de ellos ha logrado una significativa reducción de la pobreza. Sin embargo, la región continúa presentando unos elevados niveles de desigualdad. La riqueza está cada vez más concentrada en las manos de unos pocos, mientras que la mayoría tiene dificultades para cubrir sus necesidades más básicas como, por ejemplo, la educación y la salud.

La pandemia de COVID-19, unida a la plaga de langostas y las crisis climáticas, han sumido a la región en la peor crisis económica en décadas. Millones de personas han perdido sus empleos y fuentes de ingresos, lo que ha agravado la pobreza y la inseguridad alimentaria.

A pesar de ello, en lugar de aplicar impuestos a las personas y empresas más ricas, los Gobiernos de África Oriental planean reducir en los próximos años las inversiones públicas en servicios que benefician a las personas en mayor situación de pobreza, como la atención médica y la educación, o en agricultura y protección social. Estos recortes empeorarán la crisis económica que sufre África Oriental y agravarán la pobreza y las desigualdades en la región. Pero aún no es demasiado tarde para cambiar el rumbo.

Millones de personas sumidas en la pobreza debido a la pandemia de COVID-19

En 2020, la mayoría de los países de África Oriental parecían haber resultado menos afectados por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, en la primera mitad de 2021, se produjo un incremento en el número de infecciones y la tasa de mortalidad que obligó a algunos países a reintroducir medidas de contención. Estos países además han sufrido importantes pérdidas económicas debido a la pandemia. Se estima que el PIB de la región se contrajo en 15 700 millones de dólares en 2020 debido a un crecimiento menor de lo esperado, y que se perdió un 7,2 % de las horas de trabajo, lo que equivale a 10 millones de empleos a tiempo completo.

La pandemia de COVID-19 ha sumido a millones de personas en la pobreza e incrementado de forma dramática las desigualdades en la región. Pero no todas las personas se han visto afectadas por igual. En la actualidad, el 10 % más rico de los habitantes de la región de África Oriental gana en promedio el 47 % de los ingresos nacionales brutos de toda la región. Mientras, el 50 % más pobre de la población tan solo percibe el 13,3 %.

La situación se ha visto agravada por las plagas de langostas que azotaron a varios países en 2020, destruyendo los cultivos y los pastos para el ganado. Además, los erráticos patrones meteorológicos han provocado sequías e inundaciones, agravando la situación y provocando una grave inseguridad alimentaria, especialmente entre las comunidades rurales y nómadas.

La crisis en cifras

10%

En la actualidad, el 10 % más rico de los habitantes de la región de África Oriental gana en promedio el 47 % de los ingresos nacionales brutos de toda la región. Mientras, el 50 % más pobre de la población tan solo percibe el 13,3 %.

1%

En Ruanda, el 1 % más rico de la población ingresa el 20 % de los ingresos nacionales, casi el doble de lo que gana el 50 % más pobre.

4%

A mediados de enero de 2022, tan solo el 4 % de la población de África Oriental había recibido la pauta completa de la vacuna contra la COVID-19, en comparación con el 71 % de la población de los países ricos.

31%

En Sudán del Sur, solo el 1 % de los niños y niñas en mayor situación de pobreza termina la educación secundaria, y solo el 31 % de la población tiene acceso a servicios de salud.

11 M

Las Naciones Unidas estiman que la pandemia provocará que 11 millones de personas más vivan en situación de pobreza en la República Democrática del Congo.

Paralizados por las elevadas deudas y el déficit presupuestario

La COVID-19 evidenció que los países de África Oriental no estaban preparados para afrontar una pandemia. Cuando se declaró, la mitad de su población tenía un acceso inadecuado a servicios de salud, el 90 % carecía de protección social y el 80 % de derechos laborales para hacer frente a la pandemia. El cierre de las escuelas afectó a millones de estudiantes, especialmente a los que estaban en mayor situación de pobreza y que no tenían acceso a la educación en línea.

Aunque la COVID-19 ha ido remitiendo lentamente, aún existe el riesgo de que se produzca otra ola debido al desigual acceso a las vacunas. A mediados de enero de 2022, tan solo el 4 % de la población en la región había recibido la pauta completa de la vacuna, en comparación con el 71 % en los países de rentas altas.

Para empeorar aún más la situación, muchos Gobiernos están teniendo que destinar una proporción cada vez mayor de sus presupuestos a hacer frente a las crecientes deudas, en lugar de invertir en su población. Incluso antes de la COVID-19, el pago de la deuda estaba alcanzando niveles astronómicos en muchos países de África Oriental, donde los Gobiernos destinan de media cinco veces más al pago de la deuda doméstica y externa que a servicios de salud, siendo esta proporción de 28 veces en el caso de Sudán del Sur.

La austeridad como plan a largo plazo

Durante la pandemia de COVID-19, muchos Gobiernos incrementaron su gasto en servicios de salud y protección social. Pero ahora tienen planes a largo plazo de reducir el gasto público para, así, disminuir su déficit presupuestario y su deuda, tal y como les recomiendan entidades prestatarias como el FMI.

De 2022 a 2026, nueve países de África Oriental planean reducir su gasto público anual en 4 700 millones de dólares en comparación con el gasto en 2021. Esto les impedirá contrarrestar el aumento de la pobreza y las desigualdades causadas por la pandemia de COVID-19. Si no aplican estos recortes, podrían cuadriplicar el gasto en salud de aquí a 2026.

"Con estos recortes del gasto, la región se arriesga a caer en un círculo vicioso de servicios de salud insuficientes, instalaciones educativas pobres y declive económico que afectará especialmente a las mujeres y las personas jóvenes, impidiendo que puedan aprovechar el potencial que presenta el continente e influir en su futuro."

Parvin Ngala
Directora regional interina de Oxfam en África Central y Oriental y Cuerno de África

A la zaga en la lucha contra las desigualdades

La tercera edición del Índice de Compromiso con la Reducción de la Desigualdad (CRI) de Oxfam y DFI clasifica a 158 Gobiernos de todo el mundo en función de sus compromisos para reducir las desigualdades. Este informe analiza las políticas y las medidas de los Gobiernos en tres ámbitos que se han demostrado eficaces para reducir las desigualdades de forma significativa: servicios públicos, progresividad del sistema tributario y derechos laborales.

Los datos evidencian que, en comparación con las otras cuatro regiones africanas, África Oriental tiene solo el tercer compromiso más elevado para reducir las desigualdades. En otras palabras: el ciudadano o ciudadana medio de África Oriental vive en un país cuyo Gobierno está en torno a un 33 % menos comprometido con la reducción de la desigualdad que los Gobiernos de África del Norte y África Meridional, y cuyo rendimiento contra la desigualdad es tan solo un tercio del de los países que mejores resultados están consiguiendo al respecto en el mundo.

(solo disponible en inglés)

Una oportunidad única para reconstruir África Oriental tras la pandemia

África Oriental se encuentra en una encrucijada. La pandemia ha aumentado de forma drástica los niveles de pobreza y desigualdad en la región, y los recortes presupuestarios previstos empeorarán la situación. Pero es posible superar esta crisis.

Incrementando los impuestos a las empresas y personas más ricas, los países de África Oriental podrían destinar más fondos a servicios públicos para reducir las desigualdades, especialmente evitando que las personas se vean arrastradas a la pobreza debido a tener que pagar estos servicios de su propio bolsillo. Esto les permitiría superar tanto la austeridad como la pandemia, y estar mejor protegidos ante futuras pandemias.

Si los países de África Oriental incrementasen sus ingresos fiscales en tan solo un 1 % de su PIB, podrían recaudar 4 900 millones de dólares adicionales cada año durante los próximos cinco años, cantidad suficiente para aumentar su gasto en salud en un promedio del 77 % anual.

Estas medidas de reconstrucción durante y tras la pandemia ofrecen a los Gobiernos de África Oriental una oportunidad única para hacer aquello que sus ciudadanas y ciudadanos quieren: lograr sistemas económicos más justos. Con apoyo externo (por ejemplo, mediante la condonación de la deuda y aumentando los fondos de ayuda), es posible reducir las desigualdades de forma drástica y acabar con la pobreza extrema para 2030.